Jueves, 28 de Marzo 2024

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Escudo Urbano C5, la ineptitud conveniente

Por: Diego Petersen

Escudo Urbano C5, la ineptitud conveniente

Escudo Urbano C5, la ineptitud conveniente

Nos invitaron a un montón. Vengan a ver la maravilla que es el Escudo Urbano C5, el sistema de videovigilancia que va a cambiar la seguridad en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Eran los últimos días del Gobierno de Aristóteles Sandoval. Ya había perdido la elección, pero quería mostrar a periodistas de diversos medios su herencia, el último gran esfuerzo por hacer algo para mejorar la inseguridad en el Estado, esa que había terminado de matar a su partido en las elecciones y a la postre con su vida misma.

La cita fue a la 1:00 en la punta del cerro de El Palomar, donde opera el centro de comunicación del Gobierno del Estado y donde se construyó un edificio exprofeso para el nuevo sistema de videovigilancia. Nos pasaron a la “sala de situación”, desde donde podíamos ver las grandes pantallas como en un cine VIP. Abajo, una docena de operadores observaba concentrado sus propios monitores: estaban videovigilando.

Tras la bienvenida de un orondo gobernador, el representante de la empresa israelí explicó todas y cada una de las ventajas del nuevo sistema. Los delincuentes deben estar temblando con este ojo panóptico, pensamos los periodistas ante la convencida explicación del vendedor. Llegó la hora de ver al Gran Hermano que todo lo sabe y todo lo ve en acción. Dígame el número de sus placas, pidió el ejecutivo de la empresa vendedora a uno de los periodistas. Las tecleó en una computadora y de inmediato apareció la fotografía de su auto saliendo de la oficina, luego en el siguiente semáforo, otra foto a dos cuadras, una imagen ya en la avenida rumbo al Palomar. El asombro de los que veíamos el show era proporcional al beneplácito del gobernador. En la quinta cámara el rastro del auto desapareció y la sonrisa del gobernador también. El sistema dejó de funcionar. El ejecutivo israelí incapaz de explicar lo que pasaba optó por platicarnos la trágica historia de su vida que, no lo sabíamos en ese momento, no era sino una metáfora de lo que sería la vida del sistema de video vigilancia C5.

¿Por qué un sistema que funciona en todo el mundo no funciona en Guadalajara? ¿Se trata sólo de una mala compra -más allá de los delitos que puedan existir en ello- o hay una deliberada intención desde los mandos de seguridad para que no funcione cuando conviene que así sea? Dicho de otra manera, ¿la corrupción estuvo en la compra, está en la operación del sistema o en ambas partes de la ecuación? No deja de ser al menos curioso que el sistema funcione en delitos menores y que siempre falle en casos fundamentales. 

Lo que la ética pública no da, la tecnología no presta. Si no hay un diagnóstico certero de qué pasa en la operación del C5 de nada sirve gastar más dinero en equipo “de última generación”.

diego.petersen@informador.com.mx

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