En una extensa carta en el periódico La Jornada, convertida de facto en La Gaceta del Poder (qué lejos quedaron los tiempos del Ocosingo News, cuando este periódico se asumía rebelde y zapatista) los hijos del presidente, juntos y en una sola voz, respondieron a las acusaciones de corrupción que les han sido imputadas por medios tan diversos como New York Times, El Universal, Latinus u organizaciones como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).Lo que queda de manifiesto después de leer la larga misiva de los hijos del presidente es la concepción y manejo patrimonial del poder. Como hijos del jefe del Estado mexicano, los juniors tienen acceso a información que no tendrían por qué tener. Estuvieron metidos en la operación de la campaña de 2018 y están metidos en las decisiones gubernamentales sin que nada les llame excepto ser hijos de quien son. Sus amigos y conocidos son así parte del poder presidencial extenso.Que el Presidente nombre a un representante personal para la supervisión de una obra en un estado de la república fuera de la estructura gubernamental, como hizo López Obrador con Alejandro Castro, un amigo de sus hijos, en la construcción del malecón de Tabasco es digno de una autocracia. Nos, los hijos del presidente lo hacen ver en su carta como si eso fuera lo más normal y legal del mundo: “Nuestro padre encargó la supervisión de dicha obra a Alejandro Castro por tratarse de una persona talentosa, comprometida con la Cuarta Transformación.”La misma lógica usan para explicar la participación de Gonzalo, el menor de los tres hijos, como supervisor especial para el Tren Interoceánico. Cito: “Debido a la preocupación de nuestro padre por avanzar lo más rápido posible en las obras que deberían de quedar concluidas antes del cierre del sexenio le pidió a los encargados del proyecto del Tren Interoceánico recibir a Gonzalo en calidad de Asesor Honorífico... nunca recibió un salario por dicha aportación ni tampoco estaba dentro de las atribuciones o encargos intervenir en las decisiones o estrategia de las constructoras”. Reza la máxima de la vieja política que a los amigos encumbrados nunca hay que pedirles que te den, solo que te pongan donde hay. Hablar por el presidente y estar donde hay es lo que caracteriza a la red de los López Beltrán. Lo que tienen que explicar los hijos del presidente, convertidos súbitamente en nos, un ente colectivo, no es la forma anti-institucional que tiene su padre de gobernar este país, eso lo sabemos de sobra. Lo importante es saber cómo y por qué los tres, al igual que “Alito” Moreno y cientos, quizá miles de políticos de todos los partidos, todos los colores y todos los niveles de gobierno en este país, tienen un nivel de vida que no corresponde a sus ingresos comprobables.diego.petersen@informador.com.mx
