Miércoles, 24 de Abril 2024

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El Ejército es el tercer mayor empresario de México

Por: Luis Miguel González

El Ejército es el tercer mayor empresario de México

El Ejército es el tercer mayor empresario de México

Si el Ejército fuera una persona, sería el tercer empresario más rico de México, sólo detrás de Carlos Slim y Germán Larrea. Tiene cuatro aeropuertos, un tren y pronto tendrá una línea aérea. En la industria de la construcción se ha vuelto un actor relevante, sin duda el jugador de referencia para el sector. Los activos en poder del Ejército fueron tasados en 15 mil millones de dólares a mediados del año pasado en un trabajo de México Cómo Vamos. Un año después podría recalcularse esa cifra, a raíz del incremento de los costos (¿y el valor?) del Tren Maya. Está arriba de los 20 mil millones de dólares.

¿De dónde salen las cifras? El Tren Maya ha costado 374 mil millones de pesos y es el activo más valioso del Ejército. Son mil 525 kilómetros y recorre siete estados, pero tiene permiso para ampliarse. El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles está un poco arriba de los 100 mil millones de pesos y valdrá mucho más que eso en cuanto logre operar con mayores volúmenes. Los tres aeropuertos: Tulum, Chetumal y Palenque valen poco más de mil 500 millones de pesos. No tenemos los números de la aerolínea, entre otras cosas porque no se ha presentado el plan de negocios. Quedan pendientes muchas cuestiones, pongo en la mesa dos preguntitas sobre la aerolínea: ¿cuánto costará y cuánto generará?

Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad, dice el llamado Principio de Peter Parker, mejor conocido como Spider Man. ¿Qué responsabilidades conllevan el nuevo gran poder del Ejército? Los expertos en seguridad nos están ayudando a entender las nuevas responsabilidades del Ejército en seguridad pública. Yo quiero dedicar unas líneas a las responsabilidades que acompañan ser uno de los mayores empresarios de México… también a los riesgos, de acuerdo a la experiencia internacional, que son bien expuestos en el informe Military Owned, hecho por Transparencia Internacional en la década pasada.

La primera gran responsabilidad es administrar con eficiencia y pulcritud los activos a su cargo. Estamos hablando de bienes que han costado casi medio billón de pesos, ¿serán las empresas a cargo del Ejército como las paraestatales de tiempos de López Portillo?, ¿producirán riqueza o la destruirán?, ¿podrán generar rentabilidad social? Es muy pronto para decirlo y necesitamos el máximo de transparencia para saberlo. El Presidente López Obrador está convencido que los militares son incorruptibles y eficientes. La sabiduría popular recomienda estar alertas, “nadie resiste un cañonazo de 50 mil pesos”, decía Álvaro Obregón.

Military Owned se refiere a los negocios que hace el Ejército en el mundo y los divide en dos grupos, formales e informales. Es bueno que en México los aeropuertos y el tren de las Fuerzas Armadas tengan una estructura formal que incluye consejo de administración (donde son mayoría los militares en proporción de cinco a tres). Es también muy importante que se reduzcan al mínimo los negocios informales. Esa informalidad es uno de los factores que incrementa el riesgo de la corrupción.

¿Qué papel jugará el Ejército en los mercados en los que participa? En la industria de la construcción, los empresarios se quejan de que ha generado desorden y contribuido a la desaparición de empresas pequeñas y medianas. El PIB de la construcción está 22% abajo de lo que era a finales del sexenio pasado. La CMIC informa que han cerrado dos mil de nueve mil empresas que eran socias de la cámara. No es culpa de las Fuerzas Armadas, pero…

Queda por ver cómo funcionará la aerolínea del Estado mexicano, como empleador, como competidor, ¿será capaz de innovar… más, menos o igual que las empresas privadas? Lo que sí es que entra con ventajas: será la única aerolínea que tiene aeropuertos. Cabe la pregunta, parafraseando a Ebrard, ¿habrá piso parejo en sus aeropuertos?

Las Fuerzas Armadas están a cargo de bienes y activos que valen miles de millones de pesos y son recursos públicos. ¿Es mucho pedir que sean transparentes? Podemos pensar en el modelo de entrega de información de las empresas que cotizan en Bolsa. A la mano está también el caso de Pemex y CFE, que son capaces de entregar información trimestral de calidad. El hecho es que necesitamos la máxima visibilidad de los negocios del Ejército. Deben informar sobre ingresos y gastos, ganancias o pérdidas. También sobre los hechos relevantes: adquisiciones, desinversiones, contingencias, movimientos en su equipo gestor. El papel de los órganos internos de control es fundamental. Son necesarias comparecencias públicas de los directores de estas empresas… ¿se acuerdan de Segalmex? Aquí hay recursos 25 veces superiores a los que se perdieron en ese fraude.

lmgonzalez@eleconomista.com.mx 

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