El septiembre que inicia será un mes patrio distinto. Será el de la salida de Andrés Manuel López Obrador, el Presidente más popular y poderoso de la historia reciente del País, y que se va, dejando a su sucesora, literalmente, todo el poder.Lo ocurrido el domingo pasado en el último informe de gobierno en el Zócalo de la Ciudad de México; en el inicio del primer periodo ordinario de sesiones de la LXVI Legislatura federal en la Cámara de Diputados; y en la entrega del informe por parte de la titular de la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, son un claro ejemplo de lo que se viene por la falta de contrapesos políticos en lo que será el segundo sexenio de la 4T.Además de la consulta a mano alzada que hizo en el Zócalo para regodearse de que tiene los votos, en la plaza y en la Cámara de Diputados, y está a uno de alcanzar también la mayoría calificada en el Senado, para hacer realidad su reforma al Poder Judicial, el Presidente echó mano nuevamente de sus “otros datos” para llevar al superlativo la falacia de que el sistema de salud en México no sólo es mejor que en Dinamarca, sino en todo el mundo. Le tocará al gastroenterólogo David Kershenobich, a quien la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, nombrará como el próximo Secretario de Salud de este País, enfrentar la realidad y el reto de empezar a combatir todos los rezagos y la mala calidad que tienen en general los servicios de salud públicos en todo México.En el arranque de la LXVI Legislatura también se dejó sentir que está lista la aplanadora de Morena y aliados para aprobar las reformas que sean necesarias sin más debate que el que tangan entre ellos, y sin escuchar a la oposición. Esa primera jornada quedó marcada por el amago de presentar juicios políticos y demandas judiciales contra un juez y una jueza que emitieron amparos para impedir la discusión de la reforma al Poder Judicial, que contra viento y marea, quieren sacar esta misma semana.Quedará también ahí en el anecdotario de la prepotencia política la arenga de la titular de la Segob al momento de entregar los documentos del sexto informe de gobierno, olvidando la función pública que desempeña para todos los mexicanos y actuando más bien como la muy probable futura dirigente del partido oficial.Así, pues, el arranque de lo que será el mes patrio de despedida, con todo el poder, a López Obrador, que muy probablemente tendrá antes de la noche de su último grito de Independencia, la reforma que cumplirá su revancha contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
