Poco a poco el perfil en materia económica del nuevo Gobierno en México se empieza a prefigurar. La estrategia se ha venido realizando de manera gradual, pero ininterrumpida. ¿En qué consiste? La anterior política comercial se fundó en la idea de que lo mejor para el país era establecer tratados de libre comercio con todas las naciones del mundo, si esto fuera posible. Así se hizo. México se convirtió en la nación que más tratados de libre comercio suscribió sobre la faz de la tierra. El más importante de ellos fue, por supuesto, el suscrito con Estados Unidos y Canadá. Pero el hecho había sido que ningún esfuerzo por liberar los mercados internacionales obstruía, en lo fundamental, otros esfuerzos.El conflicto global entre Beijing y Washington está claramente afectando la política comercial de México. Es claro que lo que se busca ahora es privilegiar la relación con Estados Unidos, no sólo respecto a China, sino sobre otras partes del mundo.Este nuevo modelo ya está siendo aplicado a través de la imposición de aranceles. De hecho, la Secretaría de Economía acaba de imponer un arancel del 19 por ciento a los productos importados a través de plataformas como Shein, Temu y Amazon. Esta medida se agrega al impuesto del 35 por ciento a importaciones de la industria textil.Por ahora, la nueva medida no afecta a los países con los que México tiene firmado un tratado comercial. Por ejemplo, en el caso de las firmas estadounidenses, el arancel del 19 por ciento no aplicará.Ahora bien, esta ofensiva arancelaria tiene otro destinatario. A saber: las plataformas digitales de lo que se denomina la gig economy. Empresas como Uber, Didi o Airbnb serán obligadas a inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes y pagar el Impuesto sobre el Valor Agregado.Aquí se muestra claramente la conjunción entre la nueva política comercial y la fiscal. El Gobierno busca hacerse de recursos a través de la elevación de aranceles y de impuestos a empresas extranjeras que hasta ahora habían progresado en México sin contribuir al fisco mexicano.Esperemos que se hayan pensado bien las consecuencias de este movimiento. Empresas como Uber ofrecen un servicio indiscutible a los consumidores mexicanos que han hecho más fácil la vida a muchos, y ya veremos si esto seguirá siendo posible. Lo mismo puede decirse de empresas como Amazon, a través de la cual muchos mexicanos han podido importar a bajo costo todo tipo de productos virtualmente desde cualquier rincón del planeta. Es posible que sea el consumidor final el que pague el precio.Por otro lado, todo esto puede ser una buena noticia para empresas mexicanas, que podrían aprovechar las nuevas políticas para ganar y crear nuevos nichos de mercado o competir con empresas de otros países.De cualquier manera, es claro que estamos siendo testigos del nacimiento de un nuevo paradigma comercial que tendrá importantes consecuencias económicas.
