Luego de provocar la ira y la furia de la nomenclatura del partido Movimiento Ciudadano y recibir toda una intensa ráfaga de fuego amigo de los más altos niveles de esa organización política en Jalisco toda la semana pasada, y que dejó clara la distancia que se ha creado entre él y el gobernador Enrique Alfaro, el alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, sorprendió ayer en la Convención Nacional de ese partido en la Ciudad de México al ofrecer su “mano” para que MC siga ganando elecciones y haciendo buenos gobiernos. Para muchos, la semana después de la controvertida marcha “por una FIL libre de Raúl Padilla” a la que convocó la dirigencia emecista en Jalisco en medio del creciente conflicto entre la Universidad de Guadalajara y el Gobierno estatal, y la ausencia y críticas de Lemus a los asistentes, lesionó de muerte la relación con Alfaro, con quien empezó a tener fuertes diferencias y desconfianzas desde que su liderazgo empezó a crecer y a competir con el hasta entonces líder absoluto del partido naranja, al llegar de candidato emergente y ganar la presidencia municipal de Guadalajara. Y es que después de la elección del 2021, se habló de que dentro de MC, a la corriente dominante del alfarismo, se sumaba una emergente del lemusismo, que desde ese momento se empezó a combatir por los incondicionales a Casa Jalisco, más aún por la cercanía del ahora alcalde tapatío con el Grupo UdeG, del que el mandatario estatal fue aliado hasta el 2018 que ganó la gubernatura, pero que ahora es su mayor adversario. Para opacar y tratar de apagar lo más pronto posible la “venta” de futuro político que representaba Lemus por ser desde el primer momento el más aventajado en las encuestas para llegar al Palacio estatal en 2024, el alfarismo aprovechó el discurso triunfalista y sobrado que empezó a asomar en el alcalde tapatío, y por los despidos que hizo en el Ayuntamiento, para mostrarlo como alguien que despreciaba las estructuras del partido y que nunca abrazo al alfarismo. Para profundizar esa idea, el alcalde tapatío contribuyó como nunca al responder la semana pasada que él no era un “arrastrado” cuando se le cuestionó el motivo de no haber asistido a la muy criticada, y contraproducente para los naranjas, manifestación antiFIL. Desde luego, el que más aprovechó el desliz, fue el secretario de Desarrollo Social, Alberto Esquer, quien luego del virtual rompimiento Alfaro-Lemus, se ha convertido en el mayor beneficiario para ser el abanderado de MC.Por menos embestidas internas, Alberto Uribe, uno de los más influyentes del círculo más cercano a Alfaro desde que en 2010 ganaron la alcaldía de Tlajomulco, abandonó el viento en popa barco emecista para irse a Morena. En el equipo de Lemus tienen claro que esa, al menos por ahora, no es la ruta, y que se quedarán a dar la lucha por la candidatura naranja a la gubernatura y por volver a vender futuro a dirigentes y estructuras. Por eso ayer cambió el discurso, pidió disculpas por “sus errores” y extendió su mano, que habrá que ver, si se la toman o lo dejan con el brazo extendido. Lo dicho, la sucesión naranja se trastocó.jbarrera4r@gmail.com
