Después del primer encuentro entre el Presidente Andrés Manuel López Obrador y su discípula política, la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, la pregunta es hasta qué grado está dispuesta a modificar el paquete de 18 reformas constitucionales y dos reformas legales, que envió el 5 de febrero pasado el Poder Ejecutivo al Legislativo, y que se conoció como el famoso “Plan C”.Desde que AMLO anunció a principios del 2024, y ya con el proceso electoral en desarrollo, este conjunto de reformas, la lectura generalizada fue en el sentido de que se trataba de una clara imposición de la agenda política y gubernamental para su sucesora, que siempre encabezó las encuestas presidenciales.Esta posibilidad se torno altamente probable con el regreso de la aplanadora morenista que le dio la mayoría del electorado mexicano al partido del Presidente y sus aliados, que recuperaron la mayoría calificada que habían perdido en el 2021 en la Cámara de Diputados, y que en el Senado se quedaron a pocos senadores de poderla obtener también.Sabedor que el arrastre electoral de Morena se debe a la alta aprobación popular de su Gobierno, el Presidente se la pasó toda la semana pasada expresando que él veía oportuno aprovechar la llegada de la nueva Legislatura para al menos echar a andar la reforma al Poder Judicial, incluida en el “Plan C”, sin importar que los mercados mostraran nerviosismo. Antes el coordinador de la bancada morenista, Ignacio Mier, también había salido a decir que llevarían a la nueva Legislatura esa reforma que pondría en riesgo la independencia de la Corte, y otras que también debilitarían al INE y la existencia de organismos constitucionales autónomos.Aunque ayer en su rueda de prensa mañanera López Obrador aseguró que no le pedirá a Sheinbaum que agilice el “Plan C”, fue claro que toda la semana pasada promovió la reforma al Poder Judicial, y que pese a todo el cabildeo que desplegó Sheinbaum ante organismos internacionales y con inversionistas, hubo una importante depreciación del peso frente al dólar y bajas en la Bolsa Mexicana de Valores.Por eso es alentador que en esta reunión inicial de la primera mujer que ocupará la Presidencia de la República con su mentor político en Palacio Nacional, haya acordado hacer una “discusión muy amplia” en todo el País y con todos los sectores involucrados con las reformas constitucionales que propuso el Presidente, tal y como lo había planteado la semana pasada luego de convertirse en la candidata más votada de la historia.Habrá que ver si la versión que dé hoy en la mañanera respalda la narrativa de Sheinbaum en su primera rueda de prensa, o si sale a corregirle la plana. Así podremos ir midiendo si la futura presidenta se animará a hacer modificaciones a las reformas que al Presidente no le gustaba que le movieran una sola coma, cuando Morena y sus aliados se sometían a sus indicaciones usando la aplanadora que tuvieron en la primera mitad del gobierno de la 4T, y que ahora volverán a poner en marcha en septiembre.jbarrera4r@gmail.com
