Viernes, 26 de Abril 2024

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Orquesta plena y sala ídem

Por: Jaime García Elías

Orquesta plena y sala ídem

Orquesta plena y sala ídem

Ni Roma ni las grandes orquestas se hicieron en un día. Una y otras han sido resultado de múltiples factores, uno de los cuales es el tiempo. En el caso de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), en los siete meses transcurridos desde que José Luis Castillo asumió su dirección artística, los conciertos, tanto en el Teatro Degollado como en el Instituto Cultural Cabañas y en municipios del interior del estado, habían estado a cargo de dotaciones reducidas; orquesta de cámara a lo sumo. Fue para el primer concierto de la Segunda Temporada 2022, la noche del jueves en el Teatro Degollado, que por primera vez desde el paréntesis de dos años, obligado por la pandemia, el ensamble estuvo completo y sin que hubiera restricciones de ningún tipo.
El poder de convocatoria de Beethoven (su Concierto para Piano No. 5 en Mi bemol mayor, Op. 73) y Brahms (su Cuarta Sinfonía en Mi menor, Op. 98), de los que hay infinidad de grabaciones de referencia, hicieron el efecto previsible: hubo sala llena.

Tan de repertorio como los de Schumann, Grieg, Tchaikowsky, Brahms, Chopin o Rachmaninof, varios de Mozart y los otros cuatro de Beethoven, etc., el “Emperador” fue interpretado de manera irreprochable por Abdiel Vázquez. Aunque el desarrollo de la obra fusiona al instrumento solista en una sola entidad con la orquesta, y José Luis Castillo cuidó el equilibrio entre ambos elementos y que hubiera pasajes apacibles, reposados e íntimos como los del segundo movimiento (adagio un poco mosso), manejados con delicadeza, ocasionalmente prevaleció la desmesura. Hubo una ovación cálida para ensamble y solista, aunque no tan entusiasta como para hacer obligado el encore.

La tendencia a los excesos sonoros -cuestión, quizá, de que Castillo se familiarice con la excelente acústica de la sala-, rayana en la estridencia, se acentuó en la Cuarta Sinfonía de Brahms. La partitura alterna generosamente las dinámicas, pero éstas se perdieron porque el tono fluctuó entre mezzo y forte, en detrimento de los pasajes pianos y pianísimos propicios para que resplandezcan los crescendos, diminuendos y armonías característicos de Brahms. Hubo aplausos espontáneos de la concurrencia al final del tercer movimiento (allegro giocoso); mereció mención honorífica Antonio Dubatovka por el solo de flauta en el cuarto movimiento (allegro energico e passionato).

El programa, como de costumbre, se repite este domingo, a partir de las 12:30 horas, en la misma sala.

jagelias@gmail.com

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