A Minerva, Patria y María Teresa Mirabal las conocían como “Las Mariposas”, tres hermanas que fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960 en República Dominicana. La tragedia trascendió más allá de la isla y dio origen al Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer. Esta es una fecha que cada año se conmemora, no se celebra, y de la que se debe hablar.Las hermanas Mirabal eran activistas políticas; las tres murieron brutalmente golpeadas por orden del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo; ese día arrojaron sus cuerpos a un barranco dentro de su vehículo, tratando de simular que había sido un accidente automovilístico.“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, cuentan que decía Minerva Mirabal ante las amenazas de muerte en su contra. Hoy, media década después de su asesinato, podría decirse que cumple su promesa a través de los brazos que alzan con fuerza miles de mujeres y niñas en todo el mundo, de activistas, de colectivos en contra de la violencia de género y defensoras de los derechos de las mujeres.De las llamadas “Mariposas” sobrevivió una cuarta hermana, Ángela Bélgica “Dedé”, quien se hizo cargo de sus sobrinos que quedaron en la orfandad y de mantener viva la memoria de la vida y lucha de las Mirabal. Así es como ha sido la vida de las mujeres: acompañadas principalmente por otras mujeres, que se conocen o no, pero que saben que pueden confiar unas en otras ante la violencia que se ha ido perpetrando al cobijo de la impunidad.Porque son las propias víctimas y sus redes de apoyo quienes encabezan los esfuerzos para visibilizar este grave problema, para promover reformas legislativas y conseguir que se les voltee a ver, que se les atienda, que se destinen tiempo y recursos para políticas públicas con alcances, con incidencia. Como ejemplo, están las llamadas leyes (que no son leyes como tal, sino reformas) que llevan el nombre de alguna de las víctimas; la “Ley Olimpia”, para reconocer y castigar la violencia sexual digital (la difusión de contenidos íntimos sin consentimiento de la persona que lo protagoniza), o la “Ley Malena”, para castigar con hasta 30 años de prisión a quienes lesionen a mujeres con sustancias químicas o corrosivas.“Se precisa más recursos económicos en las organizaciones de mujeres, mejoras en la legislación y la aplicación de la justicia, servicios para los supervivientes y capacitación para agentes del orden público”, advierte la ONU, ante el desinterés de las autoridades, cuya ayuda gubernamental mundial es de apenas 5% a la violencia de género y menos del 0.2% en su prevención.Para eso es el 25 de noviembre, para concientizar sobre la violencia hacia las mujeres, que existe en el hogar, en la calle, en los entornos laborales, en espacios de internet, en la política… Y no es asunto menor: la ONU estima que casi una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida. Eso, sin contar a quienes la padecen a diario.Desde casa también existe una gran responsabilidad en la educación, para que niños y niñas no repitan ni normalicen comportamientos violentos, aprendidos generación tras generación. Porque como padres y madres, la forma en que eduquemos tendrá incidencia en la forma en que nuestros hijos verán el mundo. Y la violencia contra las mujeres perjudica a la sociedad en general.En memoria de todas “Las Mariposas” que en el mundo han enfrentado y padecido la violencia de género, este 25 de noviembre y mientras siga siendo necesario, digámoslo fuerte, claro y contundente: para la violencia #NoHayExcusa.