Martes, 16 de Julio 2024

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Trump: todo salió bien pero todo ha salido mal

Por: Jonathan Lomelí

Trump: todo salió bien pero todo ha salido mal

Trump: todo salió bien pero todo ha salido mal

Hay que entender el atentado del sábado contra Donald Trump como un “puerto a la vista” hacia el cual ha navegado con viento favorable el sistema cultural y político de la sociedad norteamericana.

Todos los indicadores apuntan a un aumento de la radicalización y la violencia política en EU en los últimos años. Lo ocurrido a Trump sólo es la supuración infecta de un cuerpo enfermo.

El asalto violento al Capitolio en 2021 fue una bandera roja. Ese año los extremistas mataron a 29 personas en EU, según la Anti-Defamation League. Cifra superior a los 23 asesinatos del año previo y un registro que supera la tendencia documentada en el periodo 2015-19. 

Hay más datos alarmantes. Journal of Democracy, una revista académica, elaboró un informe para el Comité encargado de analizar los actos violentos en el Capitolio. 

En esos días, uno de cada cinco republicanos (20%) creía que la violencia política estaba justificada contra el 13% de los demócratas. 

El informe pone en perspectiva estos datos. 

En 1973, durante la parte más sangrienta del conflicto en Irlanda del Norte, el 25% de los católicos y el 16% de los protestantes justificaban la violencia para conseguir sus objetivos. Los norteamericanos están cerca de esa frontera.  

Todos los indicadores apuntan hacia ese puerto. El aumento de eventos públicos supremacistas, la polarización cultural y política alimentada por los medios formales e Internet, la desinformación, los extremismos ideológicos y la desigualdad social son el combustible perfecto. 

El atentado contra Trump es inédito por dos razones. Por tratarse de un intento de magnicidio contra el candidato puntero y porque rompe el patrón de ataques en donde siete de cada 10 provienen de extremistas de derecha y supremacistas blancos, según datos recolectados por la Anti-Defamation League.  

Los moderados se ahogan en la polarización política e ideológica. Los extremismos de derecha e izquierda se radicalizan. 

La tendencia muestra que, a diferencia del pasado, en donde la violencia política era promovida por agrupaciones extremas, ahora los individuos solitarios y radicalizados representan una mayor amenaza.  

Todo salió bien, Trump libró un intento de homicidio, pero todo ha salido mal. La democracia modelo de Occidente está enferma. Un acto brutal de violencia política allana el camino a la Presidencia al candidato extremista. Otro síntoma funesto. 

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