Hay vacíos ligeros que se llenan con un refresco y nos hacen sentir, aunque satisfechos, incómodos en el instante, y hay vacíos que aun después de un banquete sustancioso siempre dejan un hueco por llenar. Hay vacíos de espacio que se llenan con un par de sillas y que éstas traen un par de amigos. Hay distintos tipos de vacíos, algunos merecen la pena conocerlos porque de ellos, cuando se toca fondo se emerge victorioso. Uno de estos vacíos es el camino del artista, un camino que sea cuesta arriba o infinito abajo es casi siempre oscuro y en el paso del mismo se va agarrando uno de ramas, se va uno golpeando con rocas, tratando de resguardar lo más valioso, la vida, encontrando con suerte el fondo. Ese fondo con fortuna cuando se encuentra hablará entonces sobre todo de uno mismo y a partir de ahí se construye la (nueva) identidad.Este año ha sido por demás doloroso para las artes en el mundo en general y en Jalisco en particular. Ver cerradas las aulas, los estudios sin bailarines, las galerías con cuadros polveados, los museos sin recorrer, las salas sin música, los teatros vacíos, los teatros vacíos, los teatros vacíos. Es cierto, algunas excepciones hubieron y se ejecutaron proyectos salvavidas que -literalmente- nos hicieron sentir vivos, sentir que podíamos ejercer nuestra naturaleza, la de sentir y expresar con legitimidad lo que vivimos en esta dura y terrible (aunque siempre esperanzadora) nueva normalidad. Vendrá un año donde después del primer recorte a la SC que se vivió durante la pandemia se ejecutará la segunda reducción de la que seremos víctimas todos: artistas, público, gestores, promotores y por supuesto, la ciudadanía en general. La ciudad y el país hoy penan más que nunca la falta de políticas públicas reales en torno a la cultura y a las artes. No podemos soportar como pueblo la evidente falta de educación sensible que es también una manifestación del hambre, de ese vacío, esa cruel y poco nombrada rama de la pobreza. Es urgente empezar a operar sobre el cómo sí se combate, se llenan estos huecos, se subsanan, se abrazan estos largos desencuentros. Es urgente que en Jalisco alguien tenga la sensibilidad de escuchar, porque los artistas sólo pretenden ser escuchados, pretenden bajo sus códigos, comunicar lo que sucede.Confío en que vendrá un mejor año, pero no me salen las cuentas. Este año no termina y justo cuando pensamos que lo haría vino un fin de semana muy negro. La construcción de un Estado de derecho no se logra sin la mano de las artes, sin la mano de una ciudadanía que realmente participa y que sanamente expresa lo que vive, lo que resiente y lo que resiste. Es urgente vivir en paz, es urgente. Apelando a Víctor Jara, todos tenemos derecho a vivir en paz. Que así descanse Jorge A. Sandoval. Los valientes no asesinan.**Guillermo Prietoargeliagf@informador.com.mx • @argelinapanyvina