El poder produce una acelerada decadencia moral en los hombres bajitos. En una extraordinaria entrevista de Denisse Maerker al panista Ricardo Anaya, la periodista le preguntó dónde estaban esos liderazgos panistas cuya estatura moral inspiraba respeto.La respuesta del ex “golden boy” fue sincera: -Eso tiene que ver con que el PAN gobernó 12 años el país. El PAN se fundó en 1939 y nos aventamos 50 años sin tener un solo gobierno estatal hasta 1989 (...). Cuando tú estás 50 años en la oposición y tu trabajo es decir lo correcto, no gobiernas, de entrada la gente que quiere el poder por el poder, no se mete al PAN.La pregunta y la respuesta son una lección de historia política.¿Quién milita en un partido que nunca gana? Sólo aquellos que, inspirados por un ideal superior, buscan “algo más” que el poder por el poder. Imagino que no hay peor resaca que “poder todo” y luego “perder todo”.Por eso la reconstrucción del PAN y el PRI ha sido tan difícil. Quedaron los sobrevivientes, la mayoría mercenarios desempleados, pues los más hábiles y ambiciosos saltaron del barco a tiempo y militan ahora en Morena.La debacle del PAN es un reflejo de lo que hoy sucede en Morena y concretamente en figuras como la de Gerardo Fernández Noroña, por mencionar sólo un caso.El político morenista -antes fue petista- representa al “nuevo rico” de la clase gobernante.Su figura encarna la folclorización de la cultura política como pose de izquierda.Sin embargo, el poder lo desnudó justamente como a esos nuevos ricos a los que les sobre el dinero y el mal gusto.En este caso, el poder lo muestra incongruente, cínico e irritable. Es como si, en el fondo, lo que ha perseguido toda su vida es una especie de venganza nacida del resentimiento por haber vivido apartado de las mieles del poder.Y encontró en la expresión popular de Morena el vehículo ideal para materializar ese resentimiento.El poder, dijo alguien, tiende a corromper, y el poder absoluto tiende a corromper absolutamente.Los antiguos panistas y las nuevas figuras de Morena encarnan el mismo ciclo de corrupción moral que produce el poder.En eso se parecen Noroña y los panistas. Distinta época. Mismo mal. jonathan.lomeli@informador.com.mx