La intrusión de aguas atlánticas está convirtiendo el Ártico en un océano cada vez más cálido y menos salino debido al deshielo acelerado. Además, esta intrusión está cambiando rápidamente los ecosistemas marinos y la distribución de las especies en el Ártico.Una expedición liderada por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) en España, ha aportado nuevas evidencias de la subida en la temperatura y una desalinización de las aguas del océano Ártico, como consecuencia del fenómeno de la “atlantificación”.Los investigadores recogieron muestras para estudiar los cambios en la biodiversidad marina mediante el análisis de organismos planctónicos calcificadores, que contribuyen a regular el dióxido de carbono (CO2) atmosférico y la química del agua de mar. Estos organismos forman caparazones de carbonato cálcico y son especialmente sensibles a la acidificación de los océanos y al cambio climático.El hecho de llevar a cabo una investigación en regiones de distintas latitudes, desde las aguas más cálidas del Atlántico hasta las aguas frías del Ártico, permitió al equipo científico recabar evidencias del impacto de la “atlantificación” en las características fisicoquímicas del agua y en los ecosistemas pelágicos.La atlantificación es un proceso relacionado con el cambio climático que implica la progresiva invasión de aguas atlánticas en el océano Ártico, como consecuencia del incremento en el deshielo glaciar a causa del cambio climático.Este fenómeno modifica la productividad primaria y secundaria, lo cual abre las puertas a que especies de latitudes más templadas amplíen su hábitat hacia el norte. Esto genera una mayor competencia entre especies para obtener alimentos y aumenta la depredación sobre las especies árticas.Hay evidencias de que la pérdida de biodiversidad marina representa una de las amenazas más graves para los océanos. El cambio climático antropogénico y la degradación del medio ambiente están generando efectos alarmantes, como el calentamiento, la acidificación, la estratificación y la desoxigenación de los océanos, que afectan tanto al pequeño plancton como a los peces.Pese a que la humanidad tiene una clara dependencia de los océanos, aún no se comprenden del todo las consecuencias en la biodiversidad que producirán estos cambios, sobre todo en cuanto a las redes tróficas. GG