Miércoles, 16 de Abril 2025

Estudio reporta mayor riesgo en la población europea ante el calor que al frío

Un grupo de investigadores analizó registros de la población para detectar riesgos de mortalidad en altas y bajas temperaturas

Por: EFE

La vulnerabilidad ante temperaturas extremas varía mucho de un lugar a otro. Pexels y Canva

La vulnerabilidad ante temperaturas extremas varía mucho de un lugar a otro. Pexels y Canva

A medida que se intensifica el calentamiento global, los episodios combinados de calor y ozono se están convirtiendo en una preocupación inevitable y urgente. Es por esto que un grupo de investigadores ha llevado a cabo el proyecto EARLY-ADAPT, cuyo objetivo es estudiar cómo se adaptan las poblaciones a los retos de salud pública desencadenados por el cambio climático.

El estudio tomó datos de la población europea para analizar los riesgos entre altas y bajas temperaturas, y descubrió que en los últimos años ha habido una disminución significativa del riesgo de mortalidad relacionada con el frío en la población europea, en comparación con la primera década de los años 2000.

Tras analizar los registros de temperatura y mortalidad de más de 800 regiones de 35 países europeos durante el período 2003-2020, el equipo científico descubrió que el riesgo relativo de muerte en las temperaturas más bajas disminuyó en un 2 % anual. Mientras que, por lo que respecta al riesgo relativo de muerte en las temperaturas más altas (calor extremo) aunque también disminuyó, alcanzó sólo una tasa media más baja del 1 % anual.

El estudio fue liderado por el ISGlobal, que es un centro impulsado por la Fundación “La Caixa”. Se llevó a cabo en colaboración con el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) y fue publicado en la revista The Lancet Planetary Health.

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La temperatura de riesgo extremo (ETR)

Tradicionalmente, las investigaciones de este tipo se han basado en umbrales de temperatura fijos para calcular los riesgos, sin tener en cuenta que la vulnerabilidad ante unas mismas temperaturas no es igual en todas las regiones. Para superar esta limitación, el equipo desarrolló un nuevo concepto: la temperatura de riesgo extremo (ETR, por sus siglas en inglés).

Al cruzar los datos regionales de temperatura y mortalidad, este nuevo enfoque permitió calcular la temperatura a la que el riesgo de muerte supera un determinado umbral para cada zona geográfica.

Utilizando esta metodología, el equipo observó que en el período 2003-2020 Europa experimentó 2,07 días menos de frío peligroso (días de frío-ERT) cada año, y que por el contrario, los días de calor peligroso (días de calor-ERT) aumentaron en 0,28 días por año.

Curiosamente, no todas las partes de Europa se vieron afectadas de la misma manera, y por ejemplo, las regiones del sureste de Europa, a pesar de sus condiciones más cálidas, tuvieron más días peligrosos de calor y frío, que causaron un mayor riesgo de mortalidad asociada.

La vulnerabilidad ante temperaturas extremas varía mucho de un lugar a otro, y las regiones del sur de Europa son más sensibles a los cambios de temperatura que las del norte.

Los resultados del estudio muestran que, si bien Europa ha realizado progresos en la adaptación al frío, las estrategias para hacer frente a la mortalidad relacionada con el calor han sido menos eficaces.

El estudio pone de manifiesto la necesidad de avanzar más en las medidas actuales de adaptación al calor y en los planes de acción calor-salud.

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EA
 

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