El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski condenó el ataque ruso, “deliberadamente masivo y cínico” en una noche “brutal y de insomnio” contra la capital, Kiev, y otras regiones de Ucrania, con al menos un muerto y 23 heridos, e instó a sus socios a ejercer una presión a gran escala como única vía posible ante una postura que calificó como “destructiva” por parte de Moscú.“Este fue uno de los ataques aéreos a mayor escala, deliberadamente masivo y cínico”, escribió Zelenski en su cuenta de red social X, quien habló de “una noche brutal y de insomnio”.Precisó que las fuerzas rusas lanzaron 550 artefactos aéreos, entre ellos al menos 330 aparatos no tripulados de ataque Shahed, además de misiles, también balísticos.“Una vez más, Rusia demuestra que no tiene intención de poner fin a la guerra y al terror. Solo hacia las 9 de la mañana del viernes terminó la alerta antiaérea en Kiev”, escribió, y agregó que las labores de extinción de incendios y retirada de escombros siguen en curso tras este nuevo ataque ruso.Destacó que las primeras alertas de ataque aéreo comenzaron a sonar el jueves casi simultáneamente con las informaciones de los medios sobre una llamada telefónica entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el jefe del Kremlin, Vladimir Putin.“Todo esto es una prueba clara de que, sin una verdadera presión a gran escala, Rusia no cambiará su comportamiento estúpido y destructivo. Por cada ataque de este tipo contra la población y vidas humanas, deben sentir sanciones apropiadas y otros golpes a su economía, sus ingresos y su infraestructura. Esto es lo único que puede lograrse rápidamente para cambiar la situación a mejor. Y depende de nuestros socios, principalmente de Estados Unidos”, afirmó.Las fuerzas de defensa ucranianas lograron derribar 270 objetivos aéreos, mientras que otros 208 drones fueron neutralizados con interferencias electrónicas, indicó.Precisó que decenas de aparatos no tripulados pudieron ser derribados mediante drones interceptores, elementos que Ucrania busca desarrollar para proteger sus ciudades, agregó.Al mismo tiempo pidió a sus socios que sigan apoyando a Ucrania en la defensa contra misiles balísticos, algo de “vital importancia”, y destacó que los sistemas Patriot y sus misiles son “verdaderos protectores de vidas”.La capital ucraniana fue el principal objetivo de este ataque ruso, que también afectó a las regiones de Kiev, Dnipropetrovsk, Sumi, Járkov y Cherníguiv, donde además de caer fragmentos de drones y misiles, también se registraron impactos directos.EFE El Ministerio de Defensa ruso afirmó haber destruido empresas militares ucranianas que fabricaban drones y otro tipo de armamento, un aeródromo y una refinería durante su ataque nocturno contra Kiev.“Las Fuerzas Armadas de Rusia lanzaron un ataque masivo (...) contra empresas dedicadas a la producción de aparatos aéreos no tripulados, drones FPV, sistemas móviles robotizados y equipamiento de uso militar en Kiev, así como contra un aeródromo militar y una refinería”, señaló el mando ruso en su parte de guerra semanal.Defensa indicó que el ataque, que fue perpetrado con “armas de largo alcance y alta precisión de emplazamiento terrestre, misiles hipersónicos aerobalísticos Kinzhal y drones de largo alcance”, logró su propósito y destruyó todos los objetivos. La economía rusa se encuentra al borde de una recesión después de más de tres años de guerra, admiten funcionarios rusos, con una caída del consumo, ola de quiebras, impagos de créditos, encarecimiento de los precios y una crisis bancaria en el horizonte.El propio presidente ruso, Vladimir Putin, admitió hace una semana que la militarización de la economía por la guerra en Ucrania contribuyó a la crisis generando inflación, tras lo que adelantó que ordenará una reducción del gasto militar, que asciende al 6.5% del PIB.“Las cifras muestran un enfriamiento y la percepción actual sugiere que ya estamos al borde de una recesión”, afirmó el ministro de Economía ruso, Maxim Reshétnikov, durante el reciente Foro Económico Internacional de San Petersburgo.El ministro aseguró que “el número de empresas en riesgo está aumentando” y que la economía rusa se encuentra en una situación límite debido al creciente número de impagos y quiebras de empresas.Ese mismo día, la presidenta del Banco Central ruso, Elvira Nabiúlina, abogó por un cambio de modelo económico, ya que muchos de los recursos del modelo actual se estaban agotando.Sin embargo, las propias autoridades rusas no se ponen de acuerdo en lo que es beneficioso para la economía rusa.Mientras que Nabiúlina defiende su política de altos tipos de interés (20%) y monetaria, en la que el rublo se ha fortalecido desde principios de año, otros actores, como Reshétnikov y Herman Gref, director de Sberbank, el mayor banco estatal ruso, exigen una bajada de tasas y un debilitamiento del rublo para favorecer a los exportadores. CT