La crisis política en Venezuela sigue recrudeciéndose. El candidato presidencial de la oposición, Edmundo González Urrutia, se declaró presidente electo tras asegurar que ganó la elección con el 67% de los votos del pasado 28 de julio. En un comunicado conjunto con la líder antichavista María Corina Machado, ambos hicieron un llamado al Ejército y a los policías para retirar su respaldo al presidente Nicolás Maduro y “ponerse del lado del pueblo”, así como a no reprimir las protestas desencadenadas tras la proclamación del mandatario como el triunfador de los comicios sin exhibir las actas de escrutinio oficiales que lo demuestren. “Estamos conscientes de que en todos los componentes de la Fuerza Armada Nacional (FAN) está presente la decisión de no reprimir a los ciudadanos que, en forma pacífica, reclaman sus derechos y su victoria” declararon los dos líderes, resguardados en la clandestinidad tras las amenazas de ser detenidos. Tanto el diplomático como la ex diputada denunciaron la existencia de grupos paramilitares y armados que golpean, torturan y asesinan a los venezolanos que protestan en contra de la reelección de Maduro. Hasta el momento, ya se contabilizan 23 muertes por las manifestaciones. En respuesta, la Fiscalía General de Venezuela anunció la apertura de una investigación penal contra Machado y González Urrutia por la “abierta incitación” a las fuerzas de seguridad a desobedecer las leyes, así como por “delitos de usurpación de funciones, difusión de información falsa para causar zozobra, instigación a la insurrección, asociación para delinquir y conspiración”.Finalmente, ayer el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Elvis Amoroso, entregó las actas de los comicios al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para calificar la elección. El último balance del CNE afirma que Maduro fue reelegido con el 51.95% de los votos, mientras que González Urrutia obtuvo el 43.18% de los apoyos; pero la oposición afirma ganar con el 67% de las preferencias, contra 30% a favor del chavismo. Por su parte, Estados Unidos aclaró que el respaldo brindado a González Urrutia el pasado 1 de agosto fue por ser el vencedor de las elecciones, pero todavía no lo reconoce como presidente de Venezuela. El Departamento de Estado pidió al Gobierno vigente y a la oposición negociar una transición democrática, e informó que sostiene contactos con Brasil, México y Colombia para mediar en este caso. El país norteamericano validó las actas difundidas por la oposición que darían la ventaja a Edmundo González Urrutia, calificándolas como “confiables”. “Desde Washington se pretende presionar a los gobiernos de la región, con el fin de promover un cambio del resultado electoral basado en información construida por agentes de la CIA y magnates de los monopolios de la comunicación corporativa y las redes sociales”, reviró el Gobierno de Venezuela a través de un comunicado de su canciller, Yván Gil.Mientras tanto, continúa la represión de las protestas de los opositores, lo que genera más alarmas en la comunidad internacional por las presuntas violaciones a derechos humanos. Nicolás Maduro anunció en un mitin que su Gobierno había arrestado a dos mil manifestantes y advirtió que se detendrán a más.El Foro Penal, una ONG que encabeza la defensa de los presos políticos en Venezuela, denunció que al menos 91 adolescentes han sido detenidos en la última semana. Las detenciones serían contrarias a la normativa, ya que los afectados fueron enviados a comandancias policiales o sedes militares, en lugar de espacios de atención a menores de edad. Además, los presos por las protestas están siendo acusados de “terrorismo”, delito castigado hasta con 30 años de prisión.El pronunciamiento de González Urrutia como presidente electo es respaldado por países como Argentina, Uruguay, Panamá, Ecuador, Costa Rica y Perú. Sin embargo, una buena parte de la comunidad internacional, aunque ha sido enérgica al pedir transparencia en los resultados de los comicios y al solicitar un alto a la represión, insiste en el camino de una transición democrática negociada y dialogada con las fuerzas chavistas, con el fin de evitar una escalada aún mayor de violencia en el país sudamericano. Así lo han manifestado, en mayor o menor medida, países como México, Brasil, Chile, Canadá o las naciones integrantes de la Unión Europea. Inclusive el Papa Francisco expresó el domingo su preocupación por la “crítica situación” que vive Venezuela. CT
