Enclavado en la ribera norte del Lago de Chapala y a más de mil 500 metros sobre el nivel del mar, Ajijic mantiene su atractivo como uno de los destinos más apreciados por visitantes nacionales y extranjeros. Su clima templado, las vistas al lago y una vida cultural activa se han convertido en los pilares de su popularidad.Expertos y residentes coinciden en que la zona presume uno de los climas más agradables del país: temperaturas moderadas prácticamente todo el año, abundante luz solar y un nivel de humedad que resulta cómodo para quienes buscan pasar largas temporadas en la región.El Lago de Chapala, que actualmente se encuentra cerca del 80% de su capacidad, ofrece panorámicas cambiantes en tonalidades de azul que se han vuelto sello distintico del lugar. A su alrededor, las montañas de la Sierra del Tigre y los cerros vecinos enmarcan un paisaje que combina verde intenso y cielos despejados.Caminar por el malecón, recorrer senderos o detenerse en alguno de sus miradores se ha convertido en parte del ritual de quienes buscan desconectarse de la rutina.Además de su belleza natural, Ajijic ha desarrollado una identidad artística única. El pueblo reúne a pintores, músicos y escritores que encuentran inspiración en sus calles empedradas. Galerías, talleres, murales y festivales culturales dan vida a una oferta constante que atrae a turistas y a la comunidad local.Ajijic también alberga una de las comunidades de residentes estadounidenses y canadienses más grandes del país. Esta presencia ha impulsado una oferta gastronómica diversa, actividades sociales y un ambiente cosmopolita que convive —sin desplazar— la esencia tradicional del pueblo.A pesar de su proyección internacional, Ajijic conserva elementos que mantienen su identidad: fiestas patronales, procesiones, carnavales, gastronomía típica como birria y platillos elaborados con pescado del lago, además de su parroquia, plaza central y el característico trazo de sus calles empedradas.Este equilibrio entre modernidad, arte y tradición sigue posicionando a Ajijic como un destino que lo mismo conquista a quienes lo visitan por primera vez que a quienes deciden convertirlo en su hogar. YC