Óscar Almazán espera sentado para abordar una unidad de la Línea 3 del Trolebús en el paradero de La Merced en el Centro de Guadalajara. “Llevo 25 minutos. A veces espero 45 o más”.El Trolebús, que fue uno de los sistemas de transporte masivo más importantes de la ciudad, ahora agoniza. En respuesta a una solicitud de Transparencia, el Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur), que es el organismo operador, contestó que solamente cinco de las 25 unidades con las que cuenta están en funcionamiento. Además, esos cinco camiones operativos enfrentan problemas en los sensores, falta de refacciones, fugas de aceite y fallas en los compresores, entre otros.En enero de 2015, el Gobierno de Jalisco invirtió 80 millones de pesos en esos 25 camiones, que formaron parte del nuevo prototipo del sistema. Una de las especificaciones era que podían funcionar con los tirantes o desconectados de la energía eléctrica, para no provocar caos vial tras descomposturas. En una actualización, se confirmó que una veintena de unidades del Trolebús están estacionadas en la base de mantenimiento del Siteur en la colonia Tetlán.Rafael González Bravo, especialista en materia de movilidad, recuerda que había planes de ampliar la infraestructura y las rutas por las que podría circular este sistema de transporte, pero fue abandonado por la autoridad estatal. “Sería un sistema seguro. Escuché que habría ampliaciones, hasta la Estación 18 de Marzo (del Tren Ligero)… se pensó en un Trolebús elevado”.Carlos González Haro, director de la empresa de consultoría Sistemas de Gestión y Análisis de Transporte, señala que la falta de mantenimiento y el creciente uso de otros esquemas de transporte (como taxis amarillos y ejecutivos) afectaron al Trolebús. “Estos sistemas necesitan un mantenimiento constante, pero lo dejaron de lado”. Por eso sugiere un buen modelo operacional con capacidad de mantenimiento preventivo y un esquema operativo o funcional.El actual sistema de transporte tiene su derrotero desde la zona del mercado Felipe Ángeles hacia Los Arcos, cerca de La Minerva, pero los usuarios batallan con el tiempo de espera, tal es el caso de Gerardo Peña, quien suele abordar la ruta: “Lo tomo en la estación de Federación y Belisario Domínguez y puede tardar 45 minutos. En otras ocasiones va lleno y no lo puedes tomar”.Otro ciudadano, Enrique Gómez, coincide en el abandono del sistema: “No es lo que era antes. Casi no pasa”.Se solicitó entrevista con Juan Carlos Holguín, director del Siteur, pero no respondió. Se enviaron preguntas a la Dirección de Comunicación Social y tampoco contestó.Este sistema de transporte llegó a Guadalajara en 1976, con las primeras líneas que conectaban al Panteón Nuevo-Plaza del Sol y Tlaquepaque-Zapopan. En la década de los ochenta, se amplió desde Washington hacia 18 de Marzo y con las rutas Hidalgo-República y Javier Mina-Juárez-Vallarta. Era el sistema de transporte predominante en la ciudad hasta la llegada del Tren Ligero en 1989 (con la Línea 1) y en 1994 (con la Línea 2), provocando el cierre de algunas rutas. En 1997 había líneas del Trolebús con 101 kilómetros de longitud. Hoy queda una línea con apenas 18 kilómetros de extensión.
