Viernes, 29 de Noviembre 2024
México | DE LECTURAS VARIAS POR MARÍA PALOMAR

Cien años de Gallimard

La mayor casa editorial independiente de Francia, Gallimard, ejemplo de excelencia en el mundo de los libros, cumple este año un siglo de fundada

Por: EL INFORMADOR

María Palomar.  /

María Palomar. /

La mayor casa editorial independiente de Francia, Gallimard, ejemplo de excelencia en el mundo de los libros, cumple este año un siglo de fundada. Toda la prensa francesa se ha hecho eco de la celebración y relata la historia de esa legendaria compañía. Claro, se trata de un país donde hacer libros, esa aventura industrial tanto como intelectual ¡es negocio! Con una facturación anual de 300 millones de euros y mil 300 empleados, Gallimard es el bastión de la independencia en un mundo en que las editoriales grandes y chicas van siendo tragadas por grandes compañías trasnacionales, algo con consecuencias terribles para la cultura de todos los países y que ya es muy evidente en el caso de los libros en lengua española.

La compañía fue la prolongación editorial de la Nouvelle Revue Française, fundada en 1909 por André Gide, Jean Schlumberger y Jacques Rivière. Nadie del grupo de jóvenes que los rodeaba tenía experiencia de negocios, ni siquiera el que quedó encargado de la administración, Gaston Gallimard. La editorial nació como NRF, por las siglas de la revista, y el primer libro publicado bajo ese pie de imprenta fue L’otage, de Paul Claudel, que vio la luz el 26 de mayo de 1911. Ocho años después la editorial tomaría el nombre de quien fuera el primer administrador, Gallimard. Sus sucesores al frente de la empresa han sido su hijo Claude y su nieto Antoine.

En su catálogo de 40 mil títulos Gallimard ha publicado a figuras de primera importancia en las letras francesas y mundiales: de Aragon a Yourcenar, pasando por Sartre, Joyce, Borges, Faulkner, Céline, Queneau, Camus, Duras, Kerouac, Kundera, Pamuk, Vargas Llosa... Junto a la célebre encuadernación blanca con las siglas NRF produce muchas colecciones distintas, desde la legendaria Pléiade hasta la Série noire, de los libros infantiles a las ciencias humanas.

En 1913, cuando Marcel Proust ofrece su obra a la editorial, Gide rechaza el manuscrito de Swann. Le pareció “lleno de duquesas” y aseveró: “no es para nosotros”. Proust tuvo que pagarse una edición de autor en la casa Grasset. Pero pronto Gide y Gallimard cayeron en cuenta de su error (que el primero calificaría como uno de sus peores remordimientos) y Gallimard tuvo que negociar arduamente para rescatar los derechos de la obra. Ya el segundo volumen de La recherche sale con el sello de la casa y poco después Proust gana el Nobel.

Gallimard, por supuesto, cometía errores, pero su virtud (que heredaron sus sucesores) fue saberse rodear de la gente más ducha del oficio. La historia de la editorial Gallimard es, pues, no sólo la de sus autores y sus dueños, sino también la de los directores de colecciones, lectores, editores, correctores, diseñadores gráficos, tipógrafos y todos cuantos han trabajado en la compañía y que a lo largo de un siglo han representado la calidad máxima en la hechura de libros.

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