Sábado, 23 de Noviembre 2024

Yuval Noah Harari muestra las dos caras de la IA

Aunque fascinante, el escritor advierte en su libro “Nexus” los peligros que implica la Inteligencia Artificial, sin ignorar las bondades que tiene

Por: El Informador

Yuval Noah Harari, autor de “Nexus: Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA”. ESPECIAL

Yuval Noah Harari, autor de “Nexus: Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA”. ESPECIAL

El historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari publicó su más reciente obra, “Nexus: Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA” y en un webinar dirigido a más de 100 periodistas, incluyendo a EL INFORMADOR, donde presentó algunos de los conceptos clave de su libro, que examina la influencia de las redes de información en la evolución de la humanidad.

Desde la publicación de “Sapiens: De animales a dioses” en 2013, Harari se ha consolidado como una figura prominente en el pensamiento global, con más de 25 millones de ejemplares vendidos de sus obras.

En “Nexus”, Harari aborda cómo las redes de información han transformado nuestro mundo, destacando la reciente erupción de la inteligencia artificial (IA) como un cambio paradigmático.

El escritor subraya la novedad de la IA al afirmar que, a diferencia de tecnologías pasadas como la bomba atómica, la IA tiene la capacidad de tomar decisiones por sí misma y generar nuevas ideas. “La bomba atómica no podía crear la bomba de hidrógeno por sí misma, pero ahora la inteligencia artificial sí puede”, explica Harari.

El libro también explora el concepto de la “sociedad de la información” del siglo XXI, cuestionando la premisa de que más información equivale a mayor conocimiento. Según el autor, “la información no es verdad y la información no es conocimiento”. Critica la visión simplista que predomina en lugares como Silicon Valley, que asume erróneamente que más información lleva a una mayor comprensión.

Harari destaca que la mayoría de la información disponible es de baja calidad y a menudo falsa, mientras que la verdad requiere un esfuerzo considerable para ser descubierta y diseminada. “La verdad es cara, requiere tiempo, dinero y esfuerzo”, afirma, contrastando con la facilidad de generar y difundir información falsa.

Una intrigante evolución

El también profesor aborda la evolución reciente de la IA en la creación de contenidos, argumentando que la tecnología está en sus primeras etapas de desarrollo.

“Lo que estamos viendo ahora es solo el comienzo”, señala. Compara el desarrollo de la IA con la evolución biológica, sugiriendo que la inteligencia artificial, en su estado actual, es tan primitiva como una ameba. Según Harari, la IA avanzará rápidamente, con potencial para revolucionar la creación de contenido en los próximos años.

Uno de los temas más preocupantes que el pensador aborda es la posibilidad de un nuevo totalitarismo tecnológico. Destaca cómo la IA podría permitir un nivel de vigilancia y control sin precedentes. A diferencia de los regímenes autoritarios del pasado, que enfrentaban limitaciones en su capacidad de control, la IA podría proporcionar un seguimiento constante y exhaustivo de los ciudadanos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y las libertades individuales.

La democracia, bajo la lupa

Al reflexionar sobre el papel de la prensa en la democracia, Harari enfatiza su importancia en la preservación de la libertad y la transparencia. “La democracia es una conversación”, sostiene.

Explica que la llegada de tecnologías de la información, como los periódicos, la radio y la televisión, ha sido fundamental para el funcionamiento de democracias a gran escala. La función de los medios de comunicación es crucial para mantener la conversación democrática y exponer errores y mentiras del gobierno. “Sin los medios independientes, no se pueden exponer los errores y las mentiras del gobierno”, recalca.

El historiador también aborda cómo la inteligencia artificial desafía a los medios de comunicación y la necesidad de distinguir entre decisiones humanas y algoritmos corporativos.

Resalta que el modelo de negocio de las redes sociales se basa en mantener a los usuarios enganchados, a menudo mediante la promoción de contenidos que generan emociones intensas como el odio y el miedo. “Las empresas tienen todo el interés en captar la atención de la gente”, explica, y critica cómo los algoritmos están diseñados para maximizar el tiempo que los usuarios pasan en las plataformas, a menudo a expensas de la veracidad y la calidad de la información.

La faceta positiva de este avance

Harari aborda el potencial positivo de la inteligencia artificial, reconociendo que puede traer avances significativos, como mejoras en la atención sanitaria y la reducción de accidentes de tráfico.

Sin embargo, subraya la necesidad de equilibrar estos beneficios con una inversión adecuada en seguridad. “Cuando hablas de los peligros te responden que están desarrollando la inteligencia artificial tan rápido como poden, si tiene un problema en el camino ya lo abordarán, y eso es sumamente peligroso; es como si alguien pusiera un vehículo en las carreteras sin freno, querer que el coche vaya lo más rápido posible, si después hay un problema con el freno en el camino hasta ese momento arreglaran los frenos, así no funciona en los vehículos y tampoco debería funcionar así en la inteligencia artificial”.

CT

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