Dadas las altas tasas de interés que tienen actualmente los créditos en México, especialistas en materia de Economía han recomendado evitar hacer gastos innecesarios con las tarjetas de crédito en el marco del Buen Fin, que comienza ya en México, pues ante un mal manejo pueden convertirse en el terror de algunas personas.Por ejemplo, Sergio Negrete Cárdenas, profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), recomendó, en primer lugar, el evitar en medida de lo posible el uso de créditos en este momento en el cual la tasa de interés es tan alta, llegando incluso a superar el 80%. “Si ya se tiene un crédito lo mejor es tratar de solventarlo a la brevedad posible, pero en caso de que no se tenga, lo más conveniente, evitarlo, ser consciente de que pudiera acercarse una turbulencia económica”, dijo por ejemplo.El doctor en Economía explicó que, además, en caso de última necesitad en adquirir un préstamo o crédito, dijo, la mejor opción es hacerlo a tasa fija, pues las tasas variables se ajustan a los cambios sostenidos por el Banco de México, y esto se convierte en un riesgo adicional, por lo cual hay que leer bien “las letras chiquitas”, y evitar los créditos de tasa variable.Por su parte el Miguel Turriza, vicepresidente de la Federación Nacional de Economistas, explicó que precisamente esos altos intereses ocasionan que las personas comiencen a estancarse en sus pagos, pues aunque continúan pagando sus mensualidades, pareciera que la deuda no disminuye.“Esto es más fuerte cuando los pagos que hay que hacer son durante mucho tiempo, los intereses implican que a veces como uno percibe en el estado de cuenta no baja el saldo, y más cuando las personas optan por los pagos mínimos. Podríamos seguir pagando el producto durante años y nunca saldarlo”, indicó Turriza. Por ello, dijo, al momento de pensar en adquirir un producto a crédito, incluyendo tarjetas bancarias, es necesario consultar cuál es la tasa de interés que se le aplica, y si esta es fija o variable.“Cualquier tasa alta es un costo adicional al producto, es decir, la promoción que significa una compra de un artículo a la hora que se le agrega el costo financiero, entonces prácticamente el ‘buen precio’ de la promoción se fue porque hay que pagarlo con el interés de haber pagado con tarjeta de crédito. Comprar vía tarjeta de crédito es un mecanismo caro e indudablemente solo debe ser considerado como una herramienta complementaria para algún tipo de emergencia financiera”, explicó el especialista.Entonces, puntualizó, siempre es bueno contar con tarjetas de crédito, pues esto además mejora el historial crediticio de una persona, sin embargo, su uso solo debe ser considerado en gastos imprevistos emergentes, como un viaje de emergencia no programado, el pago de un hospital o la compra de algún electrodoméstico de uso esencial en el hogar que de pronto se descompuso, por lo cual es mejor no considerarlas como una carta abierta para las compras en el buen fin considerando que los productos tengan tasas establecidas, fijas o variables.“Hay financiamientos llamados ‘meses sin intereses’, ahí es diferente porque estamos hablando de un pago diferido, es decir, ya conocemos cuánto vamos a pagar y daría lo mismo comprarlo hoy que comprarlo en diez mensualidades, siempre y cuando los pagos de esas mensualidades se acomoden al flujo financiero de la persona. Es diferente cuando hay un costo, digamos desconocido, detrás de la adquisición, cuando se van a agregar intereses, que cuando conocemos el costo de un producto que sí conocemos y que sí vamos a poder pagar”, señaló el vicepresidente.Sin embargo, envió un mensaje en general a la ciudadanía a usar sus créditos inteligentemente, considerando en primer lugar analizar los ingresos que se tienen, cuánto se destina a escuelas, rentas, pago de alimentos o de servicios, entre otros gastos fijos, y contemplar gastar a crédito “únicamente lo que sobre de ese salario”, y que en teoría también tendría que contemplarse como un monto de ahorro. Es decir, que la persona contemple que los pagos que resulten al mes por gastos de una tarjeta de crédito no excedan ese recurso “sobrante”, pues de lo contrario será muy difícil poder saldar su deuda, y estaría afectando no solo su estabilidad económica, sino su historial crediticio.“Hay un entorno nacional e internacional de cierta volatilidad de las tasas- Elevar a monto a impagable un crédito es un gran riesgo, porque si por alguna razón nos resbalamos en la programación financiera, y no pagamos una, dos, o tres mensualidades, esto estará afectando la calificación crediticia de la persona. Ese incumplimiento tiene por sanción el que nos estamos cerrando la puerta a un crédito que probablemente sí sea de orden necesario, por haber quizás comprado una pantalla que no era una emergencia. El uso de una tarjeta debe ser considerado para productos o situaciones que puedan llegar a ser una emergencia”, añadió Turriza.“Mi invitación a las y los lectores, es a revisar que en este Buen Fin se adquieran productos de manera informada, que y hayan revisado previamente y que el precio de oferta sea realmente una oportunidad, y que en la forma de pago no se le agreguen intereses de tal manera que comprometa los flujos financieros de la familia. Por otro lado, habría que sugerir evitar compras innecesarias, pues en ocasiones el precio nos lleva a comprar cosas que no estaban dentro de un listado de prioridades, y acabamos comprando cosas solo porque nos parece un buen precio”, finalizó.FS