Técnicas para reducir el estrés, según la psicología

Aunque por lo general se perciba el estrés como una forma desagradable de reaccionar ante la tensión, la realidad es que este sentimiento es una necesidad evolutiva. Un nivel de activación óptimo puede ayudar a realizar las actividades y retos del día a día, sin embargo, cuando este estrés o activación es alto, nos puede perjudicar, llegando incluso a generar consecuencias graves en nuestra salud mental. 

Es por eso que es necesario conocer cómo controlar el estrés en esos instantes en que se apodera demasiado de nuestra mente. Según un artículo publicado en Mundo Psicólogos, un comité de expertos formado por psicólogos colegiados, hay algunas técnicas efectivas que puedes seguir para controlar el estrés e incluso reducirlo. Aquí te presentamos las recomendaciones.

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¿Cómo reducir el estrés? 

• Identificar el desencadenante: Lo principal es reconocer las causas y los signos que indican cuando se está estresado, ya que a partir de ahí se podrá actuar sobre ellos de mejor manera.
• Controlar el diálogo interno: La manera en la que te hablas a ti mismo/a también es importante. Si constantemente piensas cosas como ‘No tengo tiempo para esto’ o ‘No puedo soportar esto’ es muy probable que te estreses más. Por lo tanto, es importante aprender a hablar contigo mismo/a de una manera más realista y compasiva.
• Centrarte en la respiración: Usar técnicas de respiración te permitirá calmar tu cuerpo y cerebro en solo unos minutos.
• Dar un abrazo: El contacto físico permite reducir el estrés. Cuando abrazas a una persona se libera oxitocina, una hormona que permite experimentar más felicidad y reducir los niveles de estrés.
• Hacer actividades artísticas: El arte o realizar un hobbie que te guste también puede ser un buen método para calmar los nervios rápido y quitar el estrés. Aunque parezca contraproducente, debido a que quizá tenemos una lista de tareas muy largas por hacer, dedicarle un tiempo a este tipo de tareas puede ayudar a motivarte y a tener más energía para las otras actividades.  
• Encontrar un equilibrio en tu día: Para lograr gestionar el estrés es importante intentar estructurar tu tiempo para que todos los días puedas tener un rato para ti mismo/a.
• Apoyarse en las personas que confías: Si estás pasando por una época de mucho estrés, contar con un amigo/a o con un familiar puede ayudarte a lidiar con estos sentimientos. Compartir tus emociones y expresar tus preocupaciones es un método que te permitirá desahogarte y reducir el estrés.
• Escribir un diario: Reserva un tiempo para reflexionar sobre tu día. Tener un diario personal puede ayudarte a lidiar mejor con los pensamientos negativos, así como con aquellas emociones que quizá no sabes gestionar. 
• Llevar una alimentación equilibrada: Para poder combatir el estrés, la alimentación es crucial. Por ejemplo, saltarse las comidas puede reducir el nivel de azúcar en sangre, lo que puede generar cambios de humor y fatiga.
• Hacer ejercicio regularmente: Cuando realizas ejercicio segregas muchas hormonas, entre ellas algunas hormonas asociadas con la felicidad como endorfinas, serotonina y dopamina. 
• Tener un buen descanso: Dormir correctamente, es decir, respetando las siete o nueve horas recomendadas y realizando una mejor higiene del sueño posible, puede ayudarte a manejar mejor los niveles de estrés.
• Pasar tiempo en la naturaleza: Caminar en espacios naturales nos permite reducir la presión arterial y las sustancias químicas que contribuyen a que experimentemos de estrés. Se ha demostrado que incluso mirar la naturaleza por la ventana puede ayudarnos a reducirlo.
• Mejorar la postura corporal: El cerebro y el cuerpo van ajustándose según las emociónes, es decir, cuando estás estresado adoptas una postura corporal más tensa y tu cerebro empieza a segregar cortisol. Por lo tanto, estar erguidos/as, estirarse, tener posición de cuerpo abierta te puede ayudar a regular ese estrés.
• Establecer límites: Un buen tratamiento para el estrés es precisamente intentar ponerte límites en aquellas tareas que quizá no requieran de tanta urgencia. Por ello, es esencial intentar identificar qué compromisos son prioritarios y reducir todo aquello que no requiera de inmediatez. 
• Pedir ayuda: A veces, poner todo esto en marcha no es suficiente y es momento de trabajar cómo estamos viviendo nuestro día a día. Acudir a un psicólogo/a puede ayudar a reconocer qué nos provoca el estrés y de dónde viene, saber cómo afrontarlo, qué habilidades tenemos, y aprender diferentes técnicas que pueden mejorar notablemente tu calidad de vida.

Aunque el estrés parezca acompañarnos en la mayoría de las ocasiones, se puede aprender a manejarlo para evitar que tenga consecuencias graves en nuestra salud. 

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