Al igual que lo hizo el secretario de Seguridad del gobierno federal, Omar García Harfuch, en el pasado mes de octubre, cuando presentó la estrategia del gabinete de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, prometió el viernes pasado desde la conflictiva región Altos Norte “coordinación absoluta” con el gobierno federal y los gobiernos municipales para hacer frente a la crisis desbordada de inseguridad y violencia en la Entidad. Como pasa en muchas zonas del país, el miércoles pasado se volvió a manifestar el creciente poder de fuego de los grupos del crimen organizado, que agredieron a la población al despojar de sus autos y tractocamiones a ciudadanos que tuvieron la mala fortuna de transitar en las carreteras de Ojuelos, Lagos de Moreno y Encarnación de Díaz, para incendiarlos y bloquear esas vías, luego de un operativo de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano. Como nunca pasó en el sexenio de Enrique Alfaro, aún con la beligerancia que le caracterizaba, Lemus decidió modificar su agenda y apersonarse en el municipio de Lagos de Moreno luego de esos narcobloqueos para la instalación de una mesa interinstitucional de seguridad, como lo había hecho el día anterior en el municipio de Ocotlán, en la zona de la Ciénega, donde también han ocurrido episodios de violencia extrema por parte de grupos del crimen organizado, que incluso han organizado a algunos de sus pobladores para manifestarse y exigir la salida de la base de la Guardia Nacional, corporación que, por cierto, perdió a uno de sus elementos en un enfrentamiento con sicarios en Zapotlanejo la madrugada del viernes. “Por los sucesos acontecidos hace un par de días aquí, en la zona de Lagos de Moreno, Ojuelos y ‘La Chona’, decidimos venir y hacer presencia, que la gente sepa que no vamos a ocultar la cabeza o a rehuir de los problemas; tenemos que encararlos, tenemos que estar presentes”, señaló Lemus luego de su reunión con los alcaldes de la región Altos Norte y Altos Sur. El gobernador reprochó incluso a los alcaldes de San Juan de los Lagos y de San Diego de Alejandría por haber mandado representantes y no haber acudido a la instalación de la mesa de seguridad, y, como la presidenta pidió a las y los gobernadores no delegar y estar presentes a diario en las reuniones de seguridad, Lemus llamó a que las y los alcaldes también encabecen estas sesiones semanales en cada región con sus jefes policiales y los representantes de la GN y el Ejército. Como se recordará, los cuatro ejes que guiarán los trabajos para cumplir la promesa de pacificar el país que presentó hace dos meses Harfuch son: a) Atención a las causas de la violencia, b) Fortalecimiento de la Guardia Nacional, c) Apoyo a la inteligencia y a la investigación, y d) Coordinación “absoluta” entre el Gabinete de Seguridad y los Gobiernos estatales y municipales. Por eso, ahora que hay esa coincidencia entre el gobierno federal y el estatal, ojalá por fin se cumpla la “coordinación absoluta” que se viene prometiendo desde hace más de una década, sin que fuerzas castrenses y corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno puedan poner freno a los grupos del crimen organizado que siguen aumentando sus zonas de dominio en este país.