Miércoles, 20 de Noviembre 2024

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Decir adiós al INAI

Por: Rubí Bobadilla

Decir adiós al INAI

Decir adiós al INAI

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) representa uno de los pilares más importantes en México para garantizar el acceso a la información pública, una herramienta vital para la academia, la investigación, el periodismo y la ciudadanía en general. Su existencia no solo asegura que los datos gubernamentales estén al alcance de todos, sino que también establece un contrapeso frente a posibles abusos de poder.  

Para la academia y la investigación, el INAI es una fuente invaluable de datos confiables y verificables. Las universidades y centros de investigación recurren constantemente a solicitudes de acceso a la información para profundizar en estudios sobre políticas públicas, justicia social, análisis económicos, entre mucho más. Estos trabajos, a su vez, son esenciales para diagnosticar problemas estructurales del País y proponer soluciones basadas en evidencia.  

En el caso del periodismo, el INAI es el respaldo que permite a reporteros y periodistas el investigar no sólo el cómo operan las políticas públicas implementadas por un gobierno, sino también el poder encontrar casos de corrupción, conflictos de interés o manejo opaco de los recursos públicos. 

Sin esta institución, muchas investigaciones periodísticas que han destapado redes de corrupción o desvíos millonarios simplemente no habrían sido posibles, siendo solo un ejemplo de ello, la lujosa Casa Blanca de Peña Nieto. El periodismo de investigación depende, en gran medida, de un sistema de acceso transparente a la información. 

Pero quizá el impacto más directo del INAI se refleja en la ciudadanía. Cada mexicano tiene el derecho de preguntar y exigir respuestas a las autoridades sobre los temas que afectan su vida diaria conocer los proyectos de las obras públicas que se harán en su entorno, cuántos recursos se asignan a programas sociales, a quiénes se les entregan, cómo se puede acceder a ellos, quiénes trabajan en cada dependencia y cuánto ganan, entre muchas otras cuestiones. 

El INAI convierte ese derecho en una realidad tangible, democratizando el acceso a datos que, en otras circunstancias, podrían estar reservados solo para unos pocos.  

Sin embargo, esa transparencia hoy está en riesgo, pues esa exigencia de dar a conocer públicamente cómo operan los gobiernos ha imcomodado al partido en el poder, que ha hecho y deshecho en los últimos años como le ha venido en  gana.

Ante ello, las y los diputados están a punto de desaparecer al INAI como un organismo autónomo, entre otros como el Coneval, que mide el bienestar de las personas y la Cofece, que garantiza apertura y competencia económica.

Quienes ven la transparencia más como un obstáculo que como un principio democrático, estarán buscando que sus funciones pasen a distintas áreas de gobierno, lo que atenta contra su naturaleza misma, ya que no se puede ser juez y parte. Es como si un delincuente pudiera juzgarse a sí mismo, decidiendo si va o no a la cárcel por lo que ha hecho.

El debilitar la transparencia de este modo representa una amenaza no solo para la rendición de cuentas, sino también para el acceso a la verdad. Un gobierno sin contrapesos ni vigilancia ciudadana es un terreno fértil para el autoritarismo y el régimen.  

Además, la desaparición del INAI significaría un retroceso histórico, de al menos 20 años, en el combate a la corrupción y la opacidad, enviando un claro mensaje: que la transparencia, en lugar de ser una prioridad, es prescindible. Para la academia, significaría un golpe al conocimiento; para el periodismo, un cierre de puertas; para la ciudadanía, una pérdida de poder frente al gobierno.  

Defender al INAI no es solo proteger una institución, sino salvaguardar los derechos de todos los mexicanos a la verdad, la justicia y la democracia. Su existencia garantiza que las preguntas incómodas sigan siendo formuladas y que las respuestas sean obligatorias. En un país donde aún queda mucho por transparentar, renunciar al INAI sería renunciar a la esperanza de un México más justo y equitativo.

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