Martes, 20 de Agosto 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

AMLO: el presidente epistolar

Por: Diego Petersen

AMLO: el presidente epistolar

AMLO: el presidente epistolar

Muy nuevo el sexenio, no tenía ni cuatro meses de iniciado, el presidente López Obrador nos sorprendió con dos cartas, enviadas al unísono a Felipe VI, rey de España, y al Papa Francisco, donde exigía que se disculparan, el primero por los excesos de los soldados españoles que acompañaron a Cortés, el otro por la complicidad de la iglesia en la conquista y los abusos en la forma en que se impuso el credo religioso a los habitantes originarios de lo que hoy es México. Nada pasó en el extranjero con dichas misivas. Los interpelados apenas se dieron por enterados de los extraños deseos del presidente de México, ese territorio que alguna vez fue la Nueva España. En el país, en cambio, se discutieron amplia y apasionadamente.

Recientemente el presidente dio a conocer nuevas cartas pidiendo al gobierno estadounidense no apoyar a sus opositores y otra solicitando información sobre la sorpresiva llegada/entrega/secuestro de dos narcotraficantes a territorio de Estados Unidos. Las cartas no tienen como finalidad que el gobierno de Biden emita alguna respuesta o haga caso alguno a ellas (mal haría un gobierno, el que fuera, reaccionando a una misiva de ese estilo). El objetivo único de estas cartas es desprestigiar a las instituciones que son críticas al gobierno de la llamada Cuarta Transformación y vacunarse contra cualquier señalamiento que los capos, acogidos al criterio de oportunidad como testigos protegidos, puedan hacer.

El género epistolar tiene una larga tradición en la historia de la humanidad, pero sin duda las más famosas son las de San Pablo, cartas escritas a comunidades desbalagadas en el mediterráneo, por donde él iba pasando, y cuyos destinatarios no eran los pueblos señalados en las misivas (Tesalonicenses, Romanos, Efesios, etcétera) sino los creyentes de la entonces pequeña secta en proceso de convertirse en una gran iglesia. Las cartas de San Pablo, como luego las del subcomandante Marcos durante la rebelión zapatista en Chiapas y ahora las de López Obrador, tienen una función evangelizadora y educadora. No están escritas para ser leídas en privado por el destinatario sino urbi et orbi, en la ciudad y en el mundo, por todos los creyentes.

Como buen evangelizador y pedagogo de la política, López Obrador ha usado el método epistolar como una herramienta para salir de apuros en cada ocasión en que la realidad le planteó situaciones complejas. Nunca ha buscado que los interpelados, los destinatarios, cambien alguna posición con sus misivas, ni siquiera que le respondan, sino que sus seguidores lo consideren un valiente: el que interpela al presidente de Estados Unidos, el que confronta al Papa, el que exige a los reyes que se disculpen con el pueblo, el hombre sabio que ya sabía lo que iba a pasar.

Para usar políticamente el método epistolar no basta saber escribir, hay que saber jugar a las cartas, y López Obrador es en todos sentidos un gran tahúr.

diego.petersen@informador.com.mx

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones