En bola, la troupe del Chapo -esposa, hijos, sobrinos, nietos-, 17 en total, se entregó en la garita de San Isidro para ponerse a disposición del FBI. No más persecuciones de las autoridades estadounidenses a cambio de la colaboración con la justicia de ese país, pero sobre todo protección para los suyos. La chapiza será una nueva familia feliz, con otros nombres en algún confín del mundo, lejos de sus enemigos mexicanos. En México ni enterados. Nadie, salvo los Mayos, los perseguía y nadie en el Gobierno mexicano quiere que colaboren con la justicia. ¿Como para qué, si así estamos todos bien?La entrega se da el mismo día en que, a raíz de que a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, y a su esposo, Carlos Torres, les retiraron la visa estadounidense, comenzaron a circular listas de los supuestos objetivos políticos del Gobierno de Donald Trump, desde secretarios del gabinete de Sheinbaum hasta gobernadores y ex gobernadores (el ex gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, apareció en una de esas listas citadas por columnistas, lo cual hasta ahora no significa nada, excepto que alguien filtró su nombre a la prensa). La Presidenta Sheinbaum lució descolocada, exigiendo información, al igual que estaba López Obrador cuando se llevaron al Mayo. Nadie le va a explicar nada: quitarle la visa a un ciudadano extranjero es una decisión soberana. Así como México no tiene que explicarle a nadie por qué decide otorgar, no otorgar o retirar una visa, Estados Unidos tampoco.La angustia de la Presidenta es que la tomen por sorpresa. Con cada día más testigos colaboradores, el Gobierno estadounidense tendrá información que México no tiene, no porque no pueda tenerla, sino porque la política ha sido no investigar ni enterarse de nada. Uno supondría que el CNI (Centro Nacional de Inteligencia, antes Cisen), hoy bajo la tutela de García Harfuch, tiene toda la información sobre las actividades ilícitas de gobernadores y funcionarios. El problema es que nadie, ni la Presidenta ni el fiscal independiente que siempre pide permiso, quieren sacudir el avispero.El Gobierno estadounidense sabe que el flanco débil del Gobierno mexicano es la gran penetración que tiene el crimen organizado en las estructuras gubernamentales. Hoy son los gobernadores de Morena y MC los que están en las listas, antes eran los del PRI o los del PAN; la única diferencia es quién tiene el poder. El origen es un sistema electoral y de partidos que nunca quiso fiscalizar en serio las campañas y permitió que el crimen organizado penetrara todas las estructuras gubernamentales.Nadie sabe a ciencia cierta qué está pensando hacer el Gobierno estadounidense más allá de retirar visas; lo único cierto es que aumentará considerablemente el consumo de pastillas para los nervios entre la clase política mexicana.diego.petersen@informador.com.mx