Cuando se trata de seguridad pública, la voluntad es más importante que la tecnología, pero sin tecnología la voluntad es palabrería.La función primigenia del Estado es brindarnos seguridad. Pareciera entonces una contradicción que haya gobernantes que se desentiendan de la seguridad de los ciudadanos, que renuncien a combatir el delito y a los delincuentes. Sin embargo, lo hacen sin que ello tenga costo político. La excusa que suelen poner es que se trata de delitos del fuero federal, que en lo que tiene que ver con crimen organizado, que es casi todo, ellos están atados de manos. Nada más falso y repetido.De poco sirve invertir en tecnología, cámaras o ahora arcos de seguridad en las carreteras, si no hay una voluntad expresa del gobierno en turno de combatir a los grupos de delincuencia organizada. El ejemplo más claro de esto es la cantidad de dinero que se invirtió en la última década, en los gobiernos de Aristóteles Sandoval y Enrique Alfaro, en las cámaras del sistema llamado C5 y que nunca funcionaban cuando se cometía algún delito de alto impacto.Es plausible la decisión del gobernador Pablo Lemus de invertir en tecnología para controlar quién entra y quién sale del estado. La información puede ser muy útil para combatir delitos como desaparición de personas, robo de autos, robo a transporte de carga, e incluso el control territorial, si hay quién revise la información y quién quiera combatir los delitos que se puedan detectar con esa tecnología.En Yucatán, el estado con mayor seguridad y mejor policía del país, en las entradas y salidas de ciudades y pueblos hay agentes observando quién entra y quien sale, y cualquier cosa que resulte sospechosa se reporta; si un auto es robado, se detecta; si un convoy de delincuentes, como los que pululan por los pueblos de Jalisco, se mueve, se reporta. En los pequeños poblados la tecnología es solo un reductor de velocidad hecho con cuerdas de henequén, pero hay agentes que observan e informan y del otro lado hay quien procese con inteligencia y tecnología esa información. Hay que controlar las entradas y salidas por carreteras en Jalisco, pero también el innumerable número de brechas que hacen que el estado sea un verdadero queso gruyer.Lo que nos dará tranquilidad a los ciudadanos es la certeza de que existe una voluntad política de perseguir el delito y combatir al crimen organizado. La tecnología es una herramienta fundamental, si hay un gobierno que quiera usarla para que los ciudadanos tengamos más certeza sobre nuestro patrimonio y nuestra vida, de otra forma es solo un negocio más de los muchísimos que se han hecho en nombre de la seguridad ciudadana.