Por donde se vea, 2025 será un año complicado. Los frentes están abiertos en lo económico, en lo político y en seguridad, y la combinación de los tres podría ser explosiva. En medio está Donald Trump, una variable que afecta el panorama en los tres temas.Los criterios de política económica planteados por la Secretaría de Hacienda y sobre los cuales está construido el presupuesto de ingresos de la Federación -y por tanto la posibilidad de reducir el déficit fiscal- se ven, a un mes de planteados, muy difíciles de cumplir, por no decir francamente fuera de la realidad. Solo en lo referente a crecimiento económico, la encuesta que realiza el Banco de México entre los diferentes expertos estima uno por ciento, mientras que Hacienda plantea entre 2.5 y 3 por ciento. La apreciación de la moneda estadounidense hace complicado el escenario de un dólar por debajo de los 20 pesos, como planteó Hacienda.En materia de seguridad comienza a verse un cambio en la política con respecto a los abrazos del sexenio pasado. Sin duda, este cambio está presionado por Estados Unidos, que desde antes del triunfo de Trump había mandado señales de que está dispuesto a hacer cosas por su cuenta y por su propia vía. La mano del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ha dado señales de una mayor acción contra el crimen organizado. Hasta ahora lo ha hecho con inteligencia y minimizando los daños colaterales, lo cual no significa que no existan y que no vayan a ir en aumento conforme avance la estrategia de descabezamiento de las organizaciones. En 2025, el escenario de Sinaloa podría repetirse en algunos estados, particularmente en aquellos donde Estados Unidos tiene un interés específico por frenar la producción y tráfico de fentanilo, como Jalisco, Zacatecas y Michoacán.Las elecciones en el Poder Judicial van a abrir un frente de conflictos en materia política. Es demasiado temprano en el sexenio de la Presidenta Sheinbaum, y el proceso la alcanzó sin tener todas las riendas del poder en la mano. Esto generará que los grupos de interés de poder entren en conflicto, como lo vimos con los líderes de las Cámaras, y que el grupo cercano al expresidente López Obrador se empodere.El gran riesgo es que las tormentas se mezclen: que en la elección del Poder Judicial se meta el crimen organizado, lo cual es bastante factible ante la falta de presupuesto y control del INE; que una elección poco confiable en el Poder Judicial detenga la inversión y frene aún más el crecimiento de la economía; que la inseguridad en algunos estados impida la realización de elecciones confiables, etcétera. Si a esto le sumamos un escenario internacional complejo e inestable, por donde se vea, 2025 será un año complicado y, por lo mismo, el año que definirá el derrotero del sexenio de Sheinbaum.diego.petersen@informador.com.mx