Tal vez por la convicción expresada ayer de que es el Presidente más “insultado” de la historia reciente del país, Andrés Manuel López Obrador emitió un mensaje carente de cualquier asomo de autocrítica a propósito del segundo aniversario de su contundente e irrefutable triunfo electoral del 1 de julio de 2018, que lo llevó, en su tercer intento, a Palacio Nacional, que por cierto convirtió en su hogar.Luego de señalar que México está ya en una “auténtica transformación”, dedicó toda la primera parte de su discurso de 45 minutos a enlistar las acciones que lo fortalecen en las evaluaciones que le siguen reconociendo ser un gobernante austero y honesto, y que su principal lucha es por los pobres, “víctimas del neoliberalismo” y por el combate a la corrupción.Entre otras cosas, resaltó la disminución del 75 por ciento del robo de hidrocarburos, la recuperación multimillonaria de adeudos fiscales de grandes empresarios, la reducción del 70 por ciento en el gasto en la oficina de la Presidencia, la eliminación de las flotas aéreas del Gobierno federal y el ahorro de 270 mil millones de pesos en las compras.Como en cada autobalance, insistió en la pertinencia e hizo un corte del avance de sus proyectos estratégicos como el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el corredor ferroviario del Istmo, así como de los alcances y la numeralia de sus programas sociales para adultos mayores, becas para estudiantes, niños y niñas discapacitadas, con los que dijo se llega ya al 55 por ciento de las familias y se pretende alcanzar al 75 por ciento.Vino luego lo que considero fue la novedad en el mensaje de AMLO, al detenerse a reconocer que un gobierno democrático tiene obligación de atender a toda la población, incluida la “reacción conservadora”, y señalar que si bien sus programas sociales van a un 70 por ciento de la población de la base de la pirámide social, al 30 por ciento restante el gobierno de la 4T los atiende procurando la paz y la tranquilidad, por lo que todos los días a las seis de la mañana se reúne con su gabinete de seguridad; así como con sus políticas para aumentar la capacidad de consumo que fortalece el mercado interno y propicia un buen ambiente de negocios. Este ligero viraje en la narrativa de AMLO, que seguro responde a buscar parar el alto desgaste político que le ha costado su creciente discurso de polarización, de poco servirá si no viene acompañado de acciones y ajustes que atiendan y empiecen a atender los graves rezagos en materia económica y de seguridad, más allá de las cifras alegres que presentó ayer el Presidente.jbarrera4r@gmail.com
