Aunque las Fuerzas Armadas de México ya habían dado la bienvenida a la entonces Presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, en el marco de la conmemoración del 214 aniversario del inicio de la Independencia de este País el pasado 17 de septiembre, y cuando los mandos del Ejército, Marina y Fuerza Aérea despidieron y agradecieron el papel protagónico que les otorgó Andrés Manuel López Obrador, el momento inédito en la historia nacional quedará marcado el día 3 de octubre, cuando por primera vez juraron lealtad a una Comandanta Suprema.Ayer en el Campo Marte, luego de franquearla en el vehículo militar descapotado 4x4 de alta movilidad para llevarla al estrado principal de la salutación al personal castrense, los titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Ricardo Trevilla Trejo, y de la Secretaría de la Marina (Semar), Raymundo Pedro Morales Ángeles, no solo le dieron la bienvenida y le prometieron honrar siempre el mandato constitucional de la subordinación militar al poder civil, sino que se pronunciaron por primera vez respecto a la agenda feminista, que aseguraron, existe desde siempre en la milicia, como queriéndose poner en la sintonía de que “es el tiempo de mujeres” que ha enarbolado Sheinbaum, y que ayer volvió a esbozar ante los mandos y tropas castrenses.Trevilla mencionó el legado de las militares Dolores Jiménez, Amelia Robles, Rosa Bobadilla, Adela Velarde y Carmen Alanís en la historia por que en el “instituto armado, desde la Revolución Mexicana ellas han desempeñado un papel por demás determinante”, mientras que Morales Ángeles destacó que su “nuevo liderazgo” frente a las Fuerzas Armadas “entraña la fuerza de la igualdad”. Ambos expresaron además, estar en toda la disposición de seguir trabajando por la “transformación” del País.Con el aplomo que le ha caracterizado en estos primeros tres días como Presidenta, insistió que no hay militarización policial en México, ya que como Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, ella le da el carácter civil a la Guardia Nacional en los tiempos de la “cuarta transformación” que inició Andrés Manuel López Obrador: “orgullosamente, las Fuerzas Armadas mexicanas tienen una tradición civilista, esto significa que honrosa y lealmente siempre han obedecido al mando civil, como lo establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.Testigo atento, en el estrado, de los intercambios de reconocimientos entre su jefa la Comandanta Suprema y los mandos militares, estaba el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, Omar García Harfuch, quien será el primero en darse en cuenta si ese gran nivel de entendimiento que se mostró en el discurso, se empieza a materializar cuando él deba ya marcar el rumbo a seguir en la estrategia con la que se buscará pacificar el País, promesa que AMLO y la Guardia Nacional, ya bajo la tutela militar, no pudieron cumplir.