Luego de sobrevivir en Pensilvania a un atentado en su contra el sábado pasado, Donald Trump llegó ayer con una popularidad fortalecida a la Convención Nacional Republicana en Milwaukee donde fue investido oficialmente como candidato presidencial del Partido Republicano.Fue tal el ánimo triunfalista, que los republicanos dijeron ver ya como un trámite la jornada electoral de noviembre ante un debilitado Presidente Joe Biden, que busca la reelección por el partido Demócrata sin contar ya con el apoyo pleno de sus correligionarios, que le piden dejar la candidatura por su vejez.Desde luego, la mala noticia de Pensilvania es el atentado mismo que refleja la descomposición de la sociedad estadounidense por una creciente polarización y antitolerancia a las minorías migrantes, y la degradación de una democracia que se presumía ejemplar en el Mundo. De esa devaluación político electoral se empezó a hablar desde la invasión violenta de republicanos radicales al Capitolio en 2021 luego que Trump, como presidente saliente, reclamaba fraude electoral.Pasado el susto, desde luego, los estrategas de campaña de Trump buscarán capitalizar al máximo el incidente para mostrarlo y catapultarlo como si fuera uno de los padres fundadores de la patria estadounidense, como lo llamó una activista republicana ayer en plena convención, y seguirlo afianzando como puntero en las encuestas. Y es aquí donde empiezan a surgir las preocupantes señales que se empezaron a mandar desde el conclave republicano en Milwaukee.Observar que dentro del partido del elefante, el principal promotor del discurso polarizador, de las posturas anti inmigrantes y del proteccionismo comercial, como lo es Trump, no tenga contrapeso alguno y que se perfile como el más seguro vencedor de la elección en noviembre y llegue de nuevo a la Casa Blanca, no es una buena noticia ni para la muy trastocada estabilidad del sistema político internacional ni para la futura relación con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum en un eventual segundo mandato, al que el estadounidense llega con una narrativa más radical de lo acostumbrado respecto a temas claves con nuestro país como lo es la migración, el combate al narco y la renovación del tratado de libre comercio (T-MEC). Esta tendencia se consolidó ayer que Trump eligió al senador por Ohio, JD Vance, como su compañero de fórmula para convertirse en el eventual vicepresidente de los Estados Unidos. Este joven millenial, que creció en la pobreza y en una familia disfuncional, inició su carrera como crítico de Trump, pero hoy es el mayor promotor de su ideología populista de derecha. Vance, pese a representar una nueva generación de políticos republicanos, mantiene y propala también un hostil discurso anti inmigrante, dándole especial énfasis a los flujos migratorios que entran por la frontera mexicana.jbarrera4r@gmail.com
