Lunes, 25 de Noviembre 2024
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Nearshoring: oportunidad y desafíos para Jalisco

Por: Ismael del Toro

Nearshoring: oportunidad y desafíos para Jalisco

Nearshoring: oportunidad y desafíos para Jalisco

Si bien el concepto de nearshoring ha capturado la atención del mundo empresarial y político en México, su comprensión profunda y operativa sigue siendo, al parecer, en muchos espacios de decisión, un terreno poco explorado. En el ámbito de las discusiones públicas el abordaje ha sido hasta ahora insuficiente, mientras que el análisis a detalle del mismo ha permanecido predominantemente en el ámbito privado, de ahí la relevancia de adentrarnos en los datos que se han publicado recientemente y que, desde nuestra perspectiva, han comenzado a iluminar este fenómeno brindando mayor claridad.

En 2023, México se posicionó como el principal proveedor de importaciones de Estados Unidos, superando a China por primera vez en casi 40 años. Este hecho histórico, en el que el 15.5% de las importaciones norteamericanas provenían de México, según un estudio del IMCO basado en datos del Censo de EU, marca un punto de inflexión significativo en las relaciones comerciales internacionales. Adicionalmente, de acuerdo con datos de la consultora internacional Deloitte, se han anunciado inversiones en nuestro país por un estimado de 30 mil millones de dólares, evidenciando el creciente interés en invertir en México y la configuración que está tomando el proceso de nearshoring.

¿Cuáles son las rutas que esta inversión está tomando? La Inversión Extranjera Directa (IED) es un indicador clave para entender el impacto económico y geográfico que la reubicación de cadenas de suministro está teniendo en México. Un estudio de Deloitte revela que entidades como Aguascalientes, Ciudad de México y Nuevo León están ya cosechando los beneficios de este fenómeno, sin duda una buena noticia, pero debemos estar atentos a que hasta ahora el impacto del nearshoring ha sido desigual a lo largo del país, con una concentración mayor en el centro y norte.

En este contexto, Jalisco no puede darse el lujo de quedarse atrás. Con una historia de apertura comercial que data de más de 60 años, iniciada con la llegada de Siemens en 1962, el Estado tiene un sólido legado en el comercio internacional. Su ecosistema universitario y de investigación es robusto y capaz de satisfacer la demanda de talento y mano de obra especializada que el nearshoring requiere. Se estima que para 2030, habrá aproximadamente 80 mil graduados en áreas como tecnologías de la información (TI) e ingenierías, fundamentales para este nuevo modelo de negocios. Además, el Estado disfruta de un clima de paz laboral y cuenta con clusters empresariales e internacionales estratégicos para su desarrollo.

Sin embargo, para capitalizar plenamente esta oportunidad, Jalisco debe enfrentar varios desafíos. Los próximos tomadores de decisiones deben enfocarse en mejorar la infraestructura esencial que demanda este proceso, entre esta atender las necesidades relativas al suministro de agua y electricidad, a la logística de mercancías y desarrollar una agresiva política de vivienda que permita atender el crecimiento poblacional esperado. La mejora de la conectividad y movilidad resulta asimismo crucial para asegurar que las inversiones y el talento confluyan y se dinamicen eficientemente dentro del Estado.

La retención de talento es un aspecto fundamental para potenciar los alcances de esta oportunidad histórica. Jalisco no sólo necesita generar talento, sino también atraerlo y retenerlo para convertirse en un destino de inversión atractivo. Esto implica no sólo una oferta educativa de calidad, sino también la creación de un ambiente propicio para la innovación y el desarrollo profesional. En este contexto resulta imperativo que la industria existente apueste por la profesionalización y por la implementación de medidas para eficientar sus procesos, además, de manera fundamental, por incorporar procesos para el desarrollo de la innovación en su sector, a fin estar a la altura de los estándares internacionales requeridos por el nearshoring.

Otro aspecto crucial en este proceso es la configuración de un marco regulatorio claro y estable, realizar las acciones necesarias para tenerlo en Jalisco es una prioridad si buscamos competir. Sabemos que las empresas buscan certidumbre jurídica y reglas claras de operación para garantizar la seguridad de sus inversiones, el estado entonces debe trabajar para construir un entorno que sea favorable para los negocios, predecible y fiable.

Así, la agenda para Jalisco es clara y exigente. Es momento de aprovechar este “nuevo mexican moment” y dirigir los esfuerzos para que no se quede fuera de la ola de nearshoring. Con un enfoque estratégico y una ejecución efectiva, Jalisco tiene el potencial de transformarse en un hub económico y tecnológico de relevancia internacional.

Es cierto que el nearshoring representa una oportunidad dorada para Jalisco, pero también un desafío significativo. El Estado debe movilizar sus recursos, tanto humanos como materiales, para capitalizar esta oportunidad. La tarea no es sencilla, requiere visión, determinación y colaboración entre el Gobierno, la industria y la academia, para lograr que Jalisco se posicione en la vanguardia de este cambio en las cadenas de suministro globales. El momento de actuar es ahora; Jalisco tiene la oportunidad de liderar y demostrar su capacidad para adaptarse y prosperar en el dinámico escenario económico mundial.

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