Sábado, 27 de Abril 2024

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Otro bicentenario: Grecia (III)

Por: María Palomar

Otro bicentenario: Grecia (III)

Otro bicentenario: Grecia (III)

La lucha por la independencia de los griegos inflamó los ánimos libertarios en Europa y también en América, por lo menos en la América española, que también pasaba por sus complicados procesos independentistas. Los caudillos hispanoamericanos, hombres más o menos ilustrados, educados en la tradición clásica igual que sus contemporáneos europeos, consideraban a Grecia ante todo como la cuna de Occidente sometida por un imperio bárbaro. Lord Byron, el poeta inglés muerto durante el sitio de Misolongi (y por cierto admirador de Bolívar y San Martín), se convirtió para los literatos hispanoamericanos de su generación en el gran símbolo a la vez romántico e insurgente, mártir generoso de la independencia de una tierra lejana pero que consideraba su patria espiritual. “Nunca antes hubo una causa” escribió Byron “que haya tenido tan fuertes y decisivas pretensiones sobre la simpatía de toda la gente de Europa”.

Según el historiador cubano Rafael Rojas,* la guerra de los griegos para liberarse del yugo otomano “tuvo un efecto discernible en la primera generación de republicanos de Hispanoamérica”, pues “Simón Bolívar, José María Heredia, Bernardino Rivadavia, José Fernández Madrid, José María Salazar y otros políticos e intelectuales de esos años dejaron rastros de notable interés en la independencia de Grecia”.

Sin duda el poema más célebre sobre la gesta de los griegos es el de José María Heredia, el cubano prematuramente fallecido en México en 1839, a la edad de 36 años. Se trata de una oda larga, de más de doscientos versos endecasílabos y algunos heptasílabos, libremente engarzados al igual que las estrofas. Ciertamente no es ninguna obra maestra a la altura de lo mejor de Heredia; el tono épico resulta cansino y ampuloso a fuerza de repetir cuán gloriosa fue la antigua Hélade y enumerar batallas y héroes; perro su mayor interés es histórico, ya que muestra entre otras cosas que la vida intelectual hispanoamericana de la tercera década del siglo XIX estaba atenta a la actualidad mundial y que el ansia de libertad hermanaba a los pueblos americanos con los griegos. Sobre todo, se ve lo significativo que era todo eso para un cubano cuya patria seguiría hasta finales del siglo en manos de la Corona española.

Los primeros versos marcan el tono de la oda, titulada “Al alzamiento de los griegos contra los turcos en 1821”:**

Jamás puede un tirano

La cadena cargar al pueblo fuerte

Que enfurecido se alza, lidia, triunfa,

O sufre noble muerte.

¡Pueblos famosos de la antigua Grecia,

Vosotros lo decís! En el orgullo

De su inmenso poder jura Darío

A torpe servidumbre someterlos,

O a la desolación: estremecida

Yace la tierra, y en silencio yerto

Aguarda el yugo en estupor hundida.

Mas alza Atenas la sublime frente,

E impávida resiste

Al furibundo asolador torrente,

Que en su valor el ímpetu quebranta.

¡Campo inmortal de Maratón! Tú viste

De Milciades magnánimo la gloria;

Y luego en Salamina y en Platea

Temístocles, Arístides, Pausanias

Triunfan, y en Grecia truena

De libertad el grito y de victoria.

¡Tierra de semidioses! ¿Cómo pudo

Cargarte el musulmán la vil cadena,

Que cuatro siglos mísera sufriste?

*https://www.razon.com.mx/opinion/columnas/rafael-rojas/bicentenario-griego-425990

**https://www.poeticous.com/heredia/a-los-griegos-en-1821?locale=es

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