Vamos entendiendo que la amenaza de deportación que hay sobre -se estima- 14 millones de personas sin documentos legales en Estados Unidos -de los cuales se calcula son poco más de 5 millones de mexicanos- es dolorosa y parece injusta porque son individuos que buscaron un mejor futuro y están integrados al desarrollo económico del país vecino. Sin embargo, de acuerdo a la ley estadounidense, si entraron al país de manera ilegal o ingresaron como turistas y se quedaron a laborar, no tienen derecho de permanecer y la autoridad migratoria tiene el derecho de localizarlos, arrestarlos y deportarlos. Y si lo anterior nos encontramos en un escenario donde hay un presidente -en este caso Donald Trump- con una mentalidad supremacista, racista y enfocado en echar del país a todas estas personas, hay poco o nada que hacer. Se entienden la cascada de voces del exterior de Estados Unidos que intentan que entre en razón quien a partir de mañana despachará en la oficina Oval de la Casa Blanca, sin embargo da la apariencia que son posiciones políticas -en el caso de las deportaciones- y oportunistas en muchas ocasiones -como sucede con los devastadores incendios en California-. Por ejemplo, el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Leonardo Lomelí Venegas, dijo que “Estados Unidos es una nación de migrantes. Por ello resulta inaceptable que no se reconozca la contribución de la inmigración mexicana y latinoamericana a la economía, a la sociedad y a la cultura estadounidenses. Desde una perspectiva más amplia, resulta preocupante la pretensión de pasar por encima del derecho y las instituciones internacionales que en los últimos 80 años han tratado de construir un orden internacional más justo e incluyente”, mientras que los Cancilleres y Viceministros de 11 países de América Latina y el Caribe -incluido México- dijeron que apelaran al derecho internacional para preservar la dignidad de los migrantes que podrían ser afectados por las deportaciones. Estas son posiciones políticas.Pero están tambien las posiciones oportunistas, como aparentan las de la presidenta de México Claudia Sheinbaum, que haciendo referencia a los incendios en los alrededores de Los Ángeles, dijo “Estoy dando instrucciones al Canciller para que el Cónsul en Los Angeles abra un programa especial de información de cómo podemos ayudarles y encontrar la manera de que no queden en el desamparo”. Vamos siendo realistas, los mexicanos afectados por la catástrofe, en su gran mayoría son personas que se desempeñaban en los servicios de mantenimiento de las residencias millonarias afectadas y muchos de ellos carecen de documentos legales. Además, el Consulado no tiene la capacidad de convertirse en bolsa de trabajo, cuando existen organizaciones oficiales del gobierno de California y Federal encargadas de atender el problema de desempleo.No cabe duda, que ante las circunstancias y la tragedia, surgen los oportunistas políticos. ¿Usted, qué opina?
