En el QS World University Ranking 2025, de reciente publicación, los tres primeros lugares ya no fueron solo para universidades estadounidenses como solía pasar en muchas ocasiones.En la edición de este año no apareció Harvard ni Stanford, solo el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en el número uno y en el segundo y tercer lugar las inglesas Imperial College London y la University of Oxford.En lo que respecta a la Universidad de Guadalajara, en el 2019, al inicio del rectorado de Ricardo Villanueva Lomelí, hoy subsecretario de Educación Superior en el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, se ubicaba en el rango 751-800, específicamente en el lugar 776. Lo que la colocaba en el lugar número 7 de las universidades mexicanas y en el 47 de América Latina.La buena noticia en aquella medición era que la universidad pública de Jalisco había salido del tobogán en el que se hundía desde 2012, cuando estaba en el rango 500, a media tabla, y fue bajando año con año hasta que en 2018 cayó al último nivel: 801-1000.Ahora la mala noticia es que, con el crecimiento de la lista de universidades evaluadas, la UdeG apareció en el rango 1001-1200, específicamente en el lugar 1001. Ese será el punto de partida de Karla Planter, la primera mujer Rectora General de la máxima casa de estudios de Jalisco.Lo primero que tendrá que hacer la joven rectora es analizar, junto con su equipo, qué factores influyeron, además de la pandemia de COVID-19, que alejó a los alumnos de las aulas de marzo de 2020 a febrero de 2022, para descender 275 lugares en este ranking, del lugar 726 en el que estaban en 2020.Como lo he planteado aquí, hay mucho que hacer para elevar el nivel educativo de la UdeG y que se le revalore en las evaluaciones internacionales para llevarla a mejores niveles, por ser una de las más grandes universidades públicas del país.Planter ya esbozó, en su toma de posesión, que su prioridad será eficientar más las tareas sustantivas de la Universidad, con procesos más transparentes y con rendición de cuentas. Con una mejora de las tareas educativas, atendiendo las necesidades de su planta magisterial, pero también midiendo rendimientos de alumnos, profesores e investigadores que generen más titulaciones y conocimientos.Si eso se va logrando paulatinamente, y se empieza a desplazar la lógica de premios y castigos, y el reparto de parcelas de poder, que para mantener el control político los últimos 36 años ha impuesto el Grupo UdeG, y que ha contaminado el quehacer y rendimiento académico, seguramente se empezará a avanzar y no retroceder más en los rankings de las universidades del mundo.De ese tamaño es el reto de Karla y su equipo.