Después de un año de guerra en Gaza, y con Hamás y Hezbolá prácticamente descabezados, un sentimiento de euforia invade a la sociedad israelí, dando alas a la derecha más extremista y justificando una escalada regional que amenaza su economía y la aísla cada vez más del resto del mundo.Este es el diagnóstico de Tal Elovits, un consultor político que trabajó como gestor del grupo parlamentario laborista en una legislatura anterior, y las encuestas más recientes parecen darle la razón.Tras un período de impopularidad extrema, primero por la reforma judicial y agravada después por los ataques del 7 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, vuelve a liderar los sondeos, y su coalición de Gobierno, la más extremista en la historia de Israel, volvería a ganar en unas hipotéticas elecciones.“Es como el ave fénix que resurge de sus cenizas”, afirma en una entrevista. Con todo, el experto advierte de que, a pesar de la mejora en su popularidad, su partido, el Likud, todavía está muy lejos de una mayoría absoluta, y las tensiones en el seno de la coalición no hacen más que aumentar. Las tensiones no son más que el reflejo de una sociedad extremadamente dividida: por la reforma judicial, por un lado, pero también por la inclusión de los judíos ultraortodoxos en el Ejército, la gestión del acceso a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén o, incluso, el rumbo de la economía.En este último punto, el analista recuerda que el presupuesto para 2025 todavía no ha sido aprobado, mientras las agencias de calificación de crédito no dejan de rebajar la nota de Israel y el país afronta un gasto por la guerra en Gaza de más de 20 mil millones de euros.De no aprobarse el nuevo presupuesto antes del 31 de marzo, el Gobierno se disolvería automáticamente y se convocarían elecciones anticipadas.Y si bien parece que Netanyahu ha conseguido por el momento alejar el fantasma de la repetición electoral, con el país inmerso en una ofensiva militar en Líbano y tras recibir el apoyo del opositor Gideon Saar (que se sumó a la coalición a cambio de un cargo de ministro sin cartera), Elovits recuerda que ningún Gobierno israelí ha logrado acabar su mandato desde 1992.EFE La deriva extremista del Ejecutivo de Netanyahu, consecuencia de la necesidad de mantener el apoyo de los partidos ultranacionalistas Poder Judío y Sionismo Religioso (ambos liderados por colonos antiárabes), también ha servido para aislar a Israel en la arena internacional.Incluso Estados Unidos, su aliado diplomático y militar, tomó una postura cada vez más crítica con las autoridades israelíes, sancionando a algunos colonos en Cisjordania ocupada o retrasando el envío de armamento por el desproporcionado impacto que sufren los civiles.Para Udi Sommer, profesor de en la Universidad de Tel Aviv y experto en la relación entre Estados Unidos e Israel, la tensión entre aliados demuestra las diferencias filosóficas entre un Ejecutivo demócrata (el que lidera Joe Biden) y uno dominado por la extrema derecha. Fuente: Gobierno de Palestina y Ejército de Israel CT