Martes, 16 de Julio 2024

Evangelio de hoy: Llamado y envío

El mandato de predicar no se trata, necesariamente, de salir a lugares lejanos a compartir un mensaje, sino a vivir como Jesús nos enseñó

Por: Dinámica pastoral UNIVA

«Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica». WIKIPEDIA/«La Exhortación de los Apóstoles», de James Tissot.

«Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica». WIKIPEDIA/«La Exhortación de los Apóstoles», de James Tissot.

LA PALABRA DE DIOS

PRIMERA LECTURA

Am 7,12-15

«En aquel tiempo, Amasías, sacerdote de Betel, le dijo al profeta Amós: “Vete de aquí, visionario, y huye al país de Judá; gánate allá el pan, profetizando; pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque es santuario del rey y templo del reino”.

Respondió Amós:
“Yo no soy profeta ni hijo de profeta,
sino pastor y cultivador de higos.
El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo:
‘Ve y profetiza a mi pueblo, Israel’”».

SEGUNDA LECTURA

Ef 1, 3-10

«Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en él
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo,
para que fuéramos santos
e irreprochables a sus ojos, por el amor,
y determinó, porque así lo quiso,
que, por medio de Jesucristo, fuéramos sus hijos,

para que alabemos y glorifiquemos la gracia
con que nos ha favorecido por medio de su Hijo amado.

Pues por Cristo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él ha prodigado sobre nosotros el tesoro de su gracia,
con toda sabiduría e inteligencia,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo,
cuando llegara la plenitud de los tiempos:
hacer que todas las cosas, las del cielo y las de la tierra,
tuvieran a Cristo por cabeza».

EVANGELIO

Mc 6,7-13

«En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.

Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.

Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban».

Llamado y envío

Hoy escuchamos un texto en el cual el evangelista nos narra cómo Jesús llama y envía a los doce a continuar con la labor que Él realiza: predicar y extender la Buena Noticia que es el Reino de Dios. Llamada y envío son elementos cruciales en nuestra vida cristiana. Resulta interesante que Marcos se esfuerza en dar muchos detalles de cómo se debe cumplir ese envío y pocos sobre su para qué. Algunos consideran que este énfasis en el cómo se debe a que en el contexto de la época eran comunes los predicadores que lo único que buscaban era dinero, así que para diferenciarse de ellos y, al mismo tiempo, darle fuerza al mensaje a través del testimonio, el evangelista pone especial atención en dar instrucciones de lo que estos enviados deberían usar y de la actitud a mostrar, más que en el contenido del mensaje a predicar. 

Más allá de las circunstancias de aquella época, se enfatiza el cómo transmitir el mensaje porque la credibilidad de nuestro anuncio del Reino depende de nuestro testimonio. Un testimonio de que el mensaje que se predica transforma a quien cree en él en alguien que quiere el bien para los demás y es capaz de transformar el dolor, la enfermedad y la injusticia. Un mensaje que solamente puede transmitir, de manera eficaz, alguien que es libre de las ataduras del dinero, que confía en quien lo ha enviado y que trabaja activamente cada día y en cada una de sus acciones para construir el Reino que predica.

Ante la diversidad de mensajes, algunos, incluso, semejantes al de Jesús, lo que convencerá a quien escuche el nuestro será la congruencia entre lo que se dice con lo que se hace, es decir, de cómo se vive lo que se predica. El llamado y envío no son, necesariamente, para salir a lugares lejanos y extraños a compartir un mensaje, mucho menos imponer dogmas, reglas o mandamientos, sino para hacer vida lo que nos enseñó Jesús para cambiar a los que están a nuestro alrededor.

Hugo Xicohténcatl Serrano, SJ - ITESO

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