Si para las personas adultas, la ludopatía es un problema severo, ¿cuáles son los riesgos para los cerebros más jóvenes? El fenómeno de las apuestas online, acrecentado durante la pandemia y por el auge de las plataformas digitales y de libre descarga, despierta una profunda preocupación por la salud mental de las personas más jóvenes. Estudios recientes, como uno publicado en The Lancet Public Health, evidencian que la adicción al juego no solo afecta a los adultos, sino que también está impactando de manera preocupante a los adolescentes. Este grupo, debido a su mayor vulnerabilidad, enfrenta un riesgo significativo de desarrollar problemas graves de salud mental, incluidos trastornos de ansiedad y depresión.El cerebro de los adolescentes, en pleno desarrollo, es particularmente sensible a los estímulos inmediatos y gratificantes, como los que se experimentan durante los juegos de azar. Según la médica pediatra Silvina Pedrouzo, especialista en los efectos de las tecnologías de información y comunicación en niños y adolescentes, este tipo de estímulos activa el sistema de recompensas del cerebro de manera similar al abuso de sustancias; lo cual aumenta el riesgo de desarrollar adicciones y otros trastornos psicológicos.El fenómeno de las apuestas online ha ganado una dimensión preocupante en los últimos años, particularmente entre los adolescentes. Durante la pandemia de COVID-19, muchos jóvenes recurrieron a estas plataformas como una forma de entretenimiento y escape frente al confinamiento y la falta de interacción social.Los autores del estudio en The Lancet Public Health subrayan que el impacto de los juegos de azar es especialmente alto en grupos vulnerables. Esto incluye a adolescentes y niños que están expuestos de forma habitual a la publicidad de productos de juego. Las estrategias de marketing, diseñadas para ser llamativas y persuasivas, logran captar la atención de este público joven, muchas veces sin restricciones efectivas para evitarlo.Además, los adolescentes provenientes de contextos socioeconómicos desfavorecidos son particularmente propensos a caer en estas prácticas, ya que el juego puede percibirse como una oportunidad para mejorar sus circunstancias, aunque en realidad tiende a agravar los problemas preexistentes.La prevención debe comenzar en casa y en las instituciones educativas, asimismo, es esencial que los gobiernos y las plataformas de apuestas asuman un papel activo en la protección de los jóvenes frente a una adicción que puede tener consecuencias devastadoras en su desarrollo y bienestar.Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO