A medida que envejecemos, es común experimentar la sensación de que el tiempo se acelera, pero, ¿por qué sentimos que los años "vuelan"? Un estudio reciente sugiere que el envejecimiento no sigue un patrón lineal, sino que se acelera en ciertos momentos de la vida, especialmente entre los 44 y los 60 años. Este descubrimiento sorprendió a los científicos, quienes pensaban que estos cambios ocurrirían principalmente en la tercera edad.Los psicólogos han estudiado cómo varía la percepción del tiempo a lo largo de la vida; durante la adolescencia, entre los 10 y 25 años, el cerebro experimenta transformaciones importantes, asimilando información de forma intensa y continua, cada día parece estar lleno de nuevos eventos y aprendizajes, lo que hace que el tiempo se perciba como más extenso.En la adultez, muchas de estas experiencias se estabilizan. La rutina y la familiaridad con el entorno reducen la cantidad de nuevos estímulos que procesamos, lo que puede hacer que los días, meses y años parezcan pasar más rápido. Según un artículo de Psychology Today, los cambios en la adolescencia son tan frecuentes que hacen que cada momento se sienta único, mientras que en la vejez, el cerebro no registra tantos cambios, haciendo que el tiempo parezca comprimido.Para contrarrestar esta sensación de que la vida se escapa rápidamente, se recomienda:El envejecimiento y la percepción del tiempo están intrínsecamente ligados. Mientras que el tiempo avanza a un ritmo constante, nuestra percepción de él cambia con la edad. Al adoptar nuevas experiencias y prestar atención al presente, podemos enriquecer nuestra vida diaria y contrarrestar la sensación de que el tiempo se nos escapa de las manos.NA