En un mundo donde la tecnología y las redes sociales nos conectan con el pasado y el futuro, es fácil perder de vista el presente. Sin embargo, es en este momento donde se encuentra el verdadero poder para vivir una vida plena y consciente. Donde, para muchos, es cuando se puede vivir la plenitud y disfrutar de la felicidad. El poder del presente se refiere a la capacidad de enfocarse y estar completamente consciente en el momento actual. Es dejar de lado las distracciones y centrarnos en lo que está sucediendo en el presente. Es ser conscientes de nuestros pensamientos, emociones y sensaciones físicas en el aquí y el ahora. Cuando vivimos en el presente, podemos tomar decisiones más lúcidas y actuar con propósito. Podemos dejar ir el pasado y no preocuparnos por el futuro. Porque eso de quedarse anclado y amarrado al pasado puede ocasionar un mayor agobio que impida disfrutar las cosas como son, por estar dándole vueltas a algo que no va a cambiar. La reflexión es una herramienta poderosa para cultivar el poder del presente. Al practicar la inteligencia, podemos aprender a enfocarnos en el momento actual y dejar de lado las distracciones. Podemos aprender a ser conscientes de nuestros pensamientos y emociones, y a tomar decisiones con mucha mayor seguridad. Además de pensar bien las cosas, hay muchas otras formas de cultivar el poder del presente. Podemos practicar la atención plena en nuestras actividades diarias, como comer o caminar. Podemos dejar de lado las distracciones y, así, centrarnos en lo que está sucediendo en cada momento de nuestras vidas. Podemos conectar con la naturaleza y cultivar una sensación de paz y tranquilidad. Ahora que se acerca la Navidad, regálate la oportunidad de vivir más el presente que te está tocando vivir. Es dejar también de jugar el papel de víctimas y frenar todo tipo de quejas para estar de mal humor y seguir cultivando un sabor amargo de la vida. Es dejar de estar viendo lo que te falta y empezar a disfrutar lo que sí tienes. Es, tal vez, uno de los errores más importantes que cometemos en estas fechas. En vez de estar muy agradecidos por lo que ya poseemos, nos andamos inventando ilusiones con tantas cartitas a Santa Claus, con la expectativa de que nos las cumplan. Feliz Navidad, queridos lectores.