El gobernador de Jalisco, por fin, se va a reunir con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Ni siquiera es un encuentro ex profeso para dialogar con él, sino que se aprovechará una coincidencia, por una reunión oficial que tiene lugar en Acapulco, Guerrero, para la instalación de la Mesa de Seguridad Pública.¿Qué puede obtener Pablo Lemus de una charla privada con la presidenta del país? Todavía es un misterio. El interés específico del mandatario jalisciense es construir un puente permanente de comunicación con la presidenta; generar mecanismos de comunicación para que se resuelvan temas comunes y en lo inmediato, la aprobación para que haya recursos económicos extra para el Estado, además de obtener el “visto bueno” para proyectos que sólo pueden cumplirse si el gobierno federal los respalda y los financia al menos en un porcentaje.Es extraño (¿o injusto?) que la presidenta Sheinbaum haya acudido a la toma de protesta de la nueva gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, y ni siquiera haya tenido un mensaje público para Lemus Navarro en Jalisco.Es cierto: Nahle y ella han sido aliadas políticas durante muchos años. Pero entre políticos no están obligados a quererse, pero sí al menos a corresponderse, y el gobernador jalisciense ha sido cortés y respetuoso en todo momento.El tema ha sido expuesto y revisado hasta el mínimo detalle y no hay explicaciones razonables. El trato para el mandatario (y por tanto, para Jalisco) es de desaire permanente. Pero estas son las circunstancias y así hay que abordarlas. El gasto lo está haciendo Pablo Lemus Navarro y así lo ha asumido y declarado: tendrá paciencia porque su objetivo es dar resultados en su cargo y mantener una buena relación con el gobierno federal.Después de haberse encontrado con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, en la Ciudad de México el pasado 3 de diciembre, se confirmó que si bien no habrá trato amistoso, sí se atenderán las gestiones oficiales… aunque sea a través de una oficina.Pero quedan cuestiones interesantes: ¿Quién se está beneficiando en Morena con la distancia que se guarda con el gobernador jalisciense?Por lo pronto, en la ceremonia de toma de protesta de Lemus Navarro el pasado viernes, se encontraba entre otros personajes, el diputado federal Pedro Haces Barba, dirigente de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM).En el discurso, durante el evento, el gobernador hizo más hincapié en la presencia de Altagracia Gómez Sierra, titular del Consejo Asesor Empresarial de la presidenta del país, pero quizá en la práctica sean más útiles los oficios de personajes como Pedro Haces, por su cercanía con Ricardo Monreal Ávila.Ninguna posibilidad debe desecharse; ninguna relación puede minimizarse. Pero al final lo que es importante es que en la nueva administración estatal los resultados luzcan más que los discursos, y para mantener el crecimiento, la instalación de infraestructura y la consolidación de las condiciones de liderazgo que ostenta Jalisco, será imprescindible que la presidenta cambie su trato con el Estado. Es verdad que su proyecto político no es el mismo de Pablo Lemus y en muchos puntos, hasta pueden chocar, pero la obligación es mantener una ruta paralela, no de colisión.Veremos cuál es el trato presidencial.