
La narrativa del no exterminio

La narrativa del no exterminio
A reserva de lo que concluya la Fiscalía General de la República (FGR), pero ayer de entrada el titular de la Secretaría de Seguridad (SSPC) del Gobierno Federal, Omar García Harfuch, consideró que el Rancho Izaguirre, de Teuchitlán, era sólo un centro de adiestramiento criminal como se informó en septiembre, y no un campo de exterminio como denunciaron colectivos de madres buscadoras a principios de marzo, cuando encontraron más de mil 300 indicios, entre ellos, zapatos, mochilas, ropa, entre otras pertenencias personales.
Aquí la pregunta es hasta cuántas víctimas tuvieron que ser privadas ahí de la vida para considerarlo un centro de exterminio, y no solo un centro de reclutamiento, ya que ayer el propio García Harfuch aceptó que se asesinaba a los que se resistían al entrenamiento por haber sido llevados ahí con engaños y a la fuerza, o que intentaban escaparse.
Pese a que las madres buscadoras aseguraron haber encontrado crematorios artesanales en fosas que cavaban para ahí incinerar los cuerpos, y haber hallado restos óseos calcinados, García Harfuch señaló que su dependencia no había confirmado la existencia de restos humanos en esta finca de la comunidad de La Estanzuela.
Estamos, pues, ante el primer choque de versiones entre los colectivos de búsqueda, que ya desde el jueves pasado denunciaban que se había alterado la superficie del rancho para ocultar lo ahí ocurrido, y esta primera versión del secretario de seguridad federal, a partir, de las declaraciones de José Gregorio Lastra Hermida, “El Lastra”, detenido por policías federales el sábado pasado en la Ciudad de México, acusado de ser el responsable de reclutar a hombres y mujeres y adiestrarlos en el Rancho Izaguirre y otros centros de adiestramiento del cártel Nueva Generación, con el apodo del “Comandante Lastra”, que aparece en las libretas halladas por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco en la finca de Teuchitlán. “El Lastra” había sido reportado como desaparecido en Chiapas en agosto del 2020 por su pareja.
Este fin de semana, la FGR, en coordinación con la Fiscalía Estatal, detuvo en Colima y en Jalisco a tres ex policías de Tala, a quienes se vincula con desapariciones forzadas de personas que habrían llevado al rancho Izaguirre, y confirmarían la infiltración delincuencial en esa Comisaría de Seguridad Pública Municipal.
Así que habrá que ver si las declaraciones de estos tres ex policías, José Antonio “N”, Gabriel “N” y Rubén “N”, coinciden o no con las de “El Lastra” y las que en su momento hicieron los 10 detenidos con armas en el mismo narco rancho en septiembre pasado, cuando fueron sorprendidos con un cadáver y dos hombres secuestrados, así como las que haga un jefe policial de Tala detenido luego del cateo del año pasado.
Así, con la franca intención, desde el Gobierno federal y también del estatal, de erradicar la idea del campo de exterminio, el rancho criminal de Teuchitlán cumple tres semanas como la conversación que domina en el país.
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