La narrativa de la vida cambia en un segundo, aunque no sea nuestra pluma quien la escriba. A Melanie Barragán, una joven de 20 años, estudiante de enfermería en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, la vida le cambió en un instante el pasado 31 de octubre. No fue justo, pero así fue.Lo que debía terminar como una velada de fiesta, se convirtió en tragedia. Una discusión entre Melanie y su novio Christian Rojas porque éste tocó inapropiadamente a Danna Paola, una amiga de la joven, escaló de nivel al punto que el egresado de la carrera de medicina golpeó brutalmente a la que fuera su novia: la arrastró por la calle, le exigía las llaves de un auto que ella no tenía. Todo fue captado por una cámara de seguridad.Melanie terminó en el hospital con el pómulo y el tabique rotos, además de una importante lesión en el ojo.La historia pudo ser otra sin la intervención de Danna Paola, quien se abalanzó sobre Christian para separarlo de su amiga. No lo pensó siquiera. Fue más el valor que el miedo. El forcejeo fue inútil, no logró separarlos, pero ella también terminó lesionada en el intento hasta que decidió pedir ayuda.Los amigos de Danna salieron de la fiesta y los separaron, retuvieron a Christian mientras llegaba la policía y la atención médica para Melanie. Los agentes de seguridad liberaron al joven porque no había una denuncia todavía. Era imposible con una víctima casi inconsciente de camino al hospital: primera omisión de las autoridades.En el hospital se hizo presente el agresor horas más tarde, la madre de la joven impidió que la viera; sin embargo, no lo detuvieron porque seguía sin haber una denuncia, la joven no estaba en condiciones de acudir al Ministerio Público y el MP llegó al hospital después del mediodía, por lo tanto se fue tranquilamente: segunda omisión.Tras la denuncia, la familia del agresor se acercó a la madre de Melanie ofreciendo reparar el daño, ella respondió que entregaran a Christian. Ahora está prófugo; su familia también. La vivienda fue asegurada luego de que un grupo de jóvenes intentara incendiarla.El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, repudió la violencia. Las autoridades ofrecen una recompensa de 200 mil pesos a quien contribuya para dar con su paradero. Curiosamente, tuvieron dos oportunidades para detenerlo y no lo hicieron. El agresor se les fue de las manos... dos veces. Ahora tienen una deuda con Melanie.La joven ahora está en casa, recuperándose de las primeras intervenciones quirúrgicas antes de regresar al hospital para someterse a una cirugía maxilofacial y de nariz en cuanto sea posible. Es una sobreviviente.La narrativa de esta historia ha sido muy cruel con ella; se sumó a la estadística del 61.7% de mujeres de 15 años o más que sufren violencia en su Estado, de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) que publica el INEGI. Por fortuna, y por la ayuda recibida a tiempo, no se sumó a la otra estadística, esa que suma 17 feminicidios en Tamaulipas en lo que va del año.Melanie confiesa que durante su noviazgo no identificó las banderas rojas en su relación, pero las hubo. La joven comparte que cuando su novio bebía se tornaba agresivo, que llegaba a insultarla y humillarla, pero nunca llegó a la agresión física hasta ese día. Ahora con su testimonio pide que ninguna mujer permita que la violenten, que alcen la voz, que denuncien. Les recuerda que no están solas. Pese a los hechos, Melanie ha sido revictimizada: juzgada en las redes; defraudada por su padre que hace 12 años no tiene contacto con ella, pero solicitó apoyo en su nombre aprovechándose de la situación.Ahora Melanie sabe lo que es la sororidad, sabe que entre mujeres pueden protegerse. “No sé qué hubiera pasado conmigo; si Danna no hubiera estado ahí yo no estaría contando mi historia”, declaró para una entrevista en la que por consideración no se podía ver su rostro. Sabe que más allá del valor se encuentra el amor y eso la salvó para cambiar la narrativa de su vida.