“En septiembre de 2021, una mujer en Guadalajara acordó verse con su ex pareja, un hombre que la violentaba y con el que había procreado un hijo. La idea es que iría a recogerla porque llovía y llevaría con él al menor. Tras abordar el auto, la mujer ya no contestó las llamadas de su madre. Al buscar a la ex pareja, ésta negó incluso que haya ido a recogerla. Denunció entonces su desaparición y su caso se mantuvo activo hasta que en abril de 2023 encontraron su cuerpo sin vida en Zapopan. El hombre fue sentenciado al haber sido encontrado responsable del hecho”.Este es un caso que ilustra casos de desapariciones motivadas por el ocultamiento de un feminicidio o violencia hacia las mujeres. El caso está incluido en un cuarto avance de investigación de un equipo que intenta identificar los patrones de desaparición que hay en Jalisco. El equipo es coordinado por el doctor Jorge Ramírez, del Comité Universitario en Materia de Desaparición de Personas de la UdeG y conformado también por colegas periodistas como Elsa Martha Gutiérrez, Marck Hernández, Enrique Osorio y Lauro Rodríguez, así como el abogado Joseph Olid.El trabajo que llevan a cabo intenta dar luces sobre el complejo contexto en el que ocurre la desaparición de personas en Jalisco, subrayando que las desapariciones no solamente son cometidas por grupos vinculados a la delincuencia organizada o las desapariciones forzadas cometidas por fuerzas de seguridad del Estado.El equipo ha identificado, además de las desapariciones cometidas por parejas o ex parejas sentimentales, desapariciones de personas vinculadas a incidentes viales, o desaparición relacionada con la compra-venta de vehículos automotores. Como este caso: “En septiembre de 2019, un hombre de 38 años, que se dedica a comprar y vender autos en Guadalajara, anunció que iría a vender un vehículo, sin que regresara a su domicilio. Sigue desaparecido”.Un patrón más es el relacionado con la desaparición de presuntos agresores sexuales. Como este caso citado en el tercer reporte: “En diciembre de 2021, un grupo de hombres y una mujer que portaban armas y llevaban el rostro cubierto ingresaron por la fuerza a un domicilio de Zapopan donde golpearon y privaron de la libertad a un hombre. El motivo declarado fue porque ‘había tocado indebidamente a una menor’”.En los reportes de investigación de este equipo se enfatiza la complejidad para comprender el fenómeno de la desaparición de personas y de algún modo contradecir la narrativa oficial que trata de convencer de que la mayoría de los desaparecidos se van por voluntad propia o porque están relacionados con actividades delictivas, produciendo una segunda victimización a las víctimas de desaparición, sea por particulares o sea forzada por agentes estatales.Los patrones de desaparición encontrados hasta ahora en este equipo no se agotan, pues deben sumarse ausencias forzadas y privaciones ilegales de la libertad motivadas por disputas patrimoniales como un terreno o un lote o las disputas de negocios o empresariales. Hay casos también de ladrones de montos menores desaparecidos en barrios controlados por un “jefe de la plaza” o las más añejas de desapariciones por motivos políticos, trata de personas o directamente relacionadas a la economía criminal como el reclutamiento forzado, los conflictos entre cárteles.El mérito del equipo que encabeza el doctor Ramírez es que revela que más allá de las explicaciones oficiales que parece insistir que los desaparecidos se lo merecen porque “en algo andaban”, la investigación de los patrones revela que esta práctica de violencia se ha ido extendiendo desde las desapariciones forzadas cometidas por el Estado por motivaciones políticas, a las desapariciones violentas cometidas por grupos criminales.La vasta impunidad para contener y castigar estos casos ha promovido que particulares tengan motivaciones para cometer desapariciones sencillamente por quedarse con la motocicleta que ofrece un vendedor, o por la disputa de un lote. Estos trabajos pretenden complejizar la comprensión del fenómeno. Dicen en un reporte: “Se espera que esto sirva para mostrar lo engañosa que resulta la narrativa oficial y cómo ha normalizado una crisis humanitaria de grandes proporciones”.