Martes, 16 de Julio 2024

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¿Por qué pagamos tan caro el aguacate en Jalisco?

Por: Jonathan Lomelí

¿Por qué pagamos tan caro el aguacate en Jalisco?

¿Por qué pagamos tan caro el aguacate en Jalisco?

En enero visité un tianguis en Hidalgo y tomé la fotografía de una pila de aguacates Hass a 25 pesos el kilo. Entonces me pregunté: 

¿Por qué si Jalisco es el “gigante agroalimentario” -y segundo productor nacional de aguacate-  pagamos tan caro el kilo? 
En un súper de Santa Tere, en donde hago el mandado, está a 122 pesos. En supermercados de la ciudad, según los precios en línea, ronda los 95 pesos. Llamé a una frutería del Mercado de Abastos: 108 pesos. Aquí nunca he pagado un kilo en 25 pesos (ni lo haré, por lo que veo). 

No soy economista, sólo amo el aguacate. En mi lógica de consumidor -como la de miles- me resulta tan absurdo como padecer sed en un oasis. Así que consulté a Eleazar Oceguera, presidente de la Asociación de Productores Exportadores de Aguacate de Jalisco. 

Dos factores influyen en el precio, uno climático y otro humano. Ambos se relacionan como un matrimonio casado por bienes mancomunados.  

El calentamiento global afecta las cosechas; el fruto es muy vulnerable a cambios bruscos de temperatura. Ahorita, debido a las olas de calor, hay poco aguacate. Eso aumenta el precio: mucha demanda y poca oferta.  

El otro factor determinante es el mercado internacional. Jalisco produce 350 mil toneladas al año de las cuales 120 mil van para EU, 90 mil a otros países y el resto para el mercado local. 

Esta es la lógica: si en EU el aguacate no se vende y hay exceso de inventario, dejan de comprar y el precio baja. Cuando se vende todo y los gringos piden más, el precio sube. En otras palabras, pagamos el fruto según las ganas que tengan los gringos de comer aguacate.  

Pero, ¿por qué es tan barato en Hidalgo? Don Eleazar me explicó. 

La producción de aguacate en Hidalgo es tan baja que los productores desconocen su potencial valor de exportación y acaban vendiéndolo barato en el mercado local. En otras palabras, el precio que pagamos por ser el “gigante agroalimentario” es de 122 pesos el kilo de “oro verde”. 

El agrocapitalismo voraz y especulador impone precios bajo lógicas de mercado y no de suficiencia alimentaria. 

Un tercer factor son los intermediarios y el coyotaje: “Hay mucha gente que gana el dinero que debería ganar el productor, y que se lo ganan amolando al consumidor”. Según don Eleazar, el kilo ahorita debería costar 60 pesos. Ni remotamente. 

Finalmente investigué cuánto paga un gringo por nuestro aguacate. En la página en línea de Walmart EU encontré que cada aguacate extra Hass cuesta 0.84 centavos de dólar. Esto es, unos 15 pesos, por lo que el kilo allá sí ronda los 60 pesos. 

Como diría Monsiváis: “o ya no entiendo lo que está pasando o ya no pasa lo que estaba entendiendo”. 

¿Ley de oferta y demanda? ¿Producción estacional? ¿cambio climático? Sólo viene a mi mente como explicación una cita de Beltrot Brecht que leí en la mañana: “El capitalismo es un caballero al que no le gusta que le llamen por su nombre”. 

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