En México, existe un debate sobre las diferencias entre el "tomate rojo" (jitomate) y el "tomate" (tomate verde), ya que aunque ambos son plantas herbáceas, son productos distintos. El tomate verde (Physalis ixocarpa) crece en una planta que puede medir entre 15 y 60 cm de altura y es sensible a las heladas. Su sistema radicular es pivotante, profundo y poco ramificado. Las hojas de la planta son alternas y ligeramente ovadas, y su tallo es largo, con ramas cubiertas en forma de corazón. Las flores son de una sola pétalo, de color amarillo con manchas oscuras. Por otro lado, el jitomate (Lycopersicum esculentum L.) proviene de una planta con un tallo grueso, pubescente y largo. Al igual que el tomate verde, su sistema radicular es pivotante, profundo y poco ramificado. Sin embargo, su tallo principal se forma a partir de tallos secundarios, que cuentan con epidermis con pelos glandulares, corteza, cilindro vascular y tejido medular. Debido a su estructura, la planta no puede sostenerse por sí sola y requiere el uso de tutores. Las flores se agrupan en inflorescencias de tipo racimo. Principalmente, se debe a regionalismos. En las regiones centro y sur de México, se utiliza el término "jitomate" para referirse al fruto rojo, mientras que en el norte del país se le llama "tomate rojo" y al fruto verde se le denomina "tomate" o "tomatillo". Independientemente de cómo prefieras llamarlos, es importante no dejar de consumirlos, pues ambas hortalizas se dan durante todo el año. Con información del Gobierno de México. EE